Descubierta una fiesta ilegal con 48 menores en Carabanchel
Los jóvenes habían pagado ocho euros por estar en un local que carecía de las mínimas medidas de seguridad e higiene
Nuevo fiesta ilegal con jóvenes consumiendo alcohol en un local que no reunía las mínimas condiciones de seguridad e higiene. La Policía Municipal ha descubierto esta madrugada una celebración en un local de ensayos, en la que había 48 menores de edad con bebidas alcohólicas. El ruido proveniente desde la calle fue el que alertó a los agentes del distrito de Carabanchel.
Alrededor de las 02.45, un coche patrulla acudió al local La Vieja Guardia, situado en el número 3 de la calle de la Tórtola, debido a los ruidos provocados por música a gran volumen. Los agentes comprobaron que la puerta del establecimiento estaba cerrada. Al tocar, salieron cuatro personas, entre ellas el responsable, un peruano domiciliado en Morata de Tajuña.
Cuando los policías accedieron comprobaron que la parte baja del establecimiento estaba cerrada. Esta consta de un bar y de una sala de grandes dimensiones. Sin embargo, la música provenía de la parte superior. En uno de los recintos había nueve adultos, que dijeron ser amigos del encargado. A mano izquierda, había pequeñas salas de ensayo y aseos, en los que se apreciaba falta de higiene. Carecían de los correspondientes certificados de desinfección, según fuentes policiales.
Los agentes de Carabanchel continuaron la inspección. En un recinto de unos 40 metros cuadrados había 48 jóvenes que se pusieron bastante nerviosos al ver a los policías. Cuando se les pidió la documentación, comprobaron que todos eran menores de edad. La sala carecía de ventilación, por lo que hacía un calor excesivo.
Los policías municipales comprobaron que habían gran cantidad de botellas de bebidas alcohólicas, como vodka y ron, además de una luz tenue con luces de colores estroboscópicas. En lateral, había un escenario. La música procedía de un equipo reproductor de música conectado a cuatro grandes altavoces.
Según comentó el organizador de la fiesta, cada asistente había pagado ocho euros para alquilar la sala y para pagar parte de las bebidas. Algunas botellas las habían llevado los propios jóvenes. Los policías hicieron salir a los jóvenes, a los que fueron tomando su identidad. También se localizó a su padres, que tuvieron que ir al local para recogerlos.
Cuando el establecimiento se quedó vacío, los policías inspeccionaron el local y comprobaron que carecía de la licencia de bar especial, que le permitiría hacer ese tipo de fiestas. Además, no tenía elementos de seguridad para la extinción de incendios, además de una limpieza adecuada. Los agentes levantaron la correspondiente acta sancionadora por violación de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (LEPAR) de la Comunidad de Madrid.
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