El ejecutivo da aire financiero a los Juegos del Mediterráneo de Tarragona

El comité organizador de los Juegos del Mediterráneo Tarragona 2017 ha acogido con alivio el anuncio realizado por el Gobierno sobre una inyección de tres millones de euros en los presupuestos del evento deportivo. A doce meses de la fecha de inauguración y con varias instalaciones aun pendientes de ejecución, el compromiso del Ejecutivo no cumple todas las expectativas de ayudas estatales que contempla el ayuntamiento de Tarragona, pero es recibido como agua de mayo. Ha sido la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la encargada de anunciarlo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. El coordinador general de Tarragona 2017, Javier Villamayor, no ha tardado en mostrar su satisfacción por el espaldarazo estatal y ha añadido que “se trata de un mensaje de confianza, claro y contundente".

Tarragona cuenta con que la Administración central acabe pagando unos 9 millones de euros del coste de los Juegos, lo que representa un 10% del presupuesto. Con la promesa hecha pública este viernes por la vicepresidenta en funciones, la aportación total estatal ascendería a 6,4 millones, lejos aun de las aspiraciones del comité organizador. Sin embargo, el anuncio supone un bálsamo después de unas semanas de dudas e incertidumbres en lo que a presupuesto del evento se refiere. Hace tan solo ocho días el Comité Olímpico Español (COE) llegó a poner en duda la viabilidad de los Juegos y el alcalde de Tarragona admitió que la situación era "preocupante". Desde el Ayuntamiento se ha llegado a reconocer que si antes de fin de año no llegaba una ayuda estatal, la renuncia a los Juegos sería inevitable.

El comité organizador dice estar a la espera de confirmar la forma y finalidad de esta aportación prometida por el Ejecutivo. En caso de que vaya dirigida a la partida de inversiones, permitiría construir la piscina de 50 metros y ayudaría a completar el plan de infraestructuras deportivas.

Durante meses, las dificultades para encontrar financiación han sido una constante y han obligado a reducir notablemente el presupuesto de los Juegos, previsto inicialmente entorno a los 200 millones de euros y fijado ahora en alrededor de 90 millones. Tampoco los patrocinadores privados han ayudado a engordar la caja. El plan era que la aportación privada, incentivada por bonificaciones fiscales, contribuyera con unos 30 millones de euros, pero solo se ha captado poco más de un tercio de esa previsión.