Las becas de colonias aumentan un 359% en seis años
Fundesplai inicia su campaña de verano, que contará con un 15% más de actividades
Otro efecto de la crisis es que cosas que antes eran excepcionales se han normalizado. Un ejemplo son las becas de casales y colonias para las familias más desfavorecidas o las actividades de recreo en agosto. Desde 2010, las ayudas que otorgan las dos mayores entidades de ocio educativo en Cataluña —la Fundació Catalana de l'Esplai (Fundesplai) y la Fundación Pere Tarrés— han subido un 359%. “Creemos que sin equidad no puede haber calidad”, dice Núria Valls, subdirectora de Fundesplai, para explicar el esfuerzo que hacen para garantizar las becas cada verano. Su campaña, de este año, que se inició ayer, contará con un 15% más de actividades, a pesar de que la Festa Esplai fue anulada por la lluvia. El año pasado, esta entidad dedicó un millón de euros a su plan de ayudas, de los cuales 270.000 euros eran recursos propios, gracias a donaciones de empresas o particulares. Con este dinero se materializaron 4.774 ayudas. En 2010, 1.008.
Desde Pere Tarrés describen una situación similar. Hace seis años, se otorgaban unas 907 becas. Ahora superan las 4.030. Albert Riu, secretario técnico del Movimiento de Centros de Esplai Cristianos de la entidad, explica que para sufragar este programa en 2015 fueron necesarios casi 984.000 euros (un 8% de recursos propios). En el caso de Pere Tarrés, el 55% de las familias que solicitaron la beca el año anterior tenían una renta por niño anual inferior a 3.900 euros.
Este año ambas entidades calculan un número similar de peticiones de becas, algo que no interpretan como un estancamiento de la necesidad sino como su cronificación. “La idea también es corresponsabilizar a las familias en el pago de las actividades”, defiende Valls. Fundesplai les entrega un talonario, el boleto solidario, para que abonen una parte de las salidas. “Nosotros no vemos en la calle los resultados de la recuperación económica”, lamenta. De hecho, explican desde Fundesplai, son los Ayuntamientos los que piden que se sigan haciendo actividades en agosto.
El aumento exponencial del dinero que Administraciones y entidades destinaron a esas becas fue la respuesta a la situación alimentaria a la que se enfrentaban muchos menores cuando terminaban las clases y cerraba el comedor escolar. Aunque tanto Fundesplai como Pere Tarrés insisten en que la comida está garantizada en estas actividades, lo que se ofrece en casals y colonias va mucho más allá. “Las actividades de recreo son un agente educativo de primer orden y en casos de familias en riesgo influyen en escapar de la exclusión”, agrega Riu.
Otra ayuda que se han convertido en ordinaria, va por su tercer año, es la que entrega la Generalitat para sufragar los programas de atención a menores en verano. Trabajo y Bienestar Social dedicará 2,6 millones de euros (500.000 euros más que en 2015) para financiar no solo el recreo (unos 600.000 euros) sino también los programas de centros abiertos, que aumentará un 29% el número de plazas (587 más).
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