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Rebelión contra el prostíbulo

Una comunidad de vecinos del Eixample protesta por las molestias que provoca un local de prostitución

Cristian Segura
Una enorme pancarta contra un prostíbulo en un inmueble de la calle de Valencia.
Una enorme pancarta contra un prostíbulo en un inmueble de la calle de Valencia.ALBERT GARCÍA

En el entresuelo del número 362 de la calle Valencia de Barcelona hay un prostíbulo de mujeres chinas. Una veintena de vecinos se concentraron ayer ante la puerta del edificio para denunciar este negocio clandestino que se instaló allí en 2014. La puerta está vigilada desde 2015 por una cámara de seguridad y desde 1939 por Paquita Giner, la inquilina más veterana. Una de las mujeres sale del entresuelo para ir a comprar algo al colmado y Giner, recostada en la pared, le suelta: “¡Sois unas marranas!” Poco más tarde aparece la madame y Giner repite el improperio.

Los residentes están hartos de solicitar la intervención municipal. Dicen que genera mal ambiente, sobre todo para los niños de la escalera. La más veterana de la escalera, Paquita Giner, asegura que algunas noches han dejado la portería abierta con una cuña, para agilizar el trasiego de los clientes. Carlos M. y Marc Català están indignados porque en la web Sexo Mercado se habla de su edificio junto con otros 70 prostíbulos del Eixample. “Cuando empezaron a cerrar las peluquerías, la prostitución china pasó a utilizar pisos”, cuenta Sandra, una portavoz de la revuelta. Los vecinos han colgado en la fachada una gran pancarta que cuelga de piso a piso.

El propietario del entresuelo es un médico y abogado que ignora las quejas de la comunidad, según los vecinos. Los prostíbulos en domicilios, según un informe del Grupo Antígona para el Ayuntamiento, acostumbran a ser intervenidos en el caso de sobreocupación de la vivienda y si esta se destina a “un uso no residencial sin disponer de autorización”. La madame confirma que en el piso viven mujeres chinas pero que ninguna trabaja allí.

El Ayuntamiento reconoce que la Guardia Urbana reportó que el lugar es utilizado como prostíbulo y que infringe nueve normativas. Carlos M. explica que por su casa han pasado la Guardia Urbana, los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil: “A la Guardia Civil la llamé porque estaban llevando a cabo una campaña contra el tráfico de personas. Las chicas que hay en este piso seguro que han venido engañadas”. Ninguno de los manifestantes ha hablado con ellas.

La Guàrdia Urbana actúa

La comunidad de vecinos informa que este jueves la Guardia Urbana les ha comunicado que precintarán el prostíbulo el próximo 11 de mayo. Los agentes han asegurado que la actuación ya estaba prevista antes de la protesta y que todavía no lo habían comunidad a los propietarios. La intervención policial estaba pendiente de autorización judicial.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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