Gasòliba deja el CIDOB por la presión para acentuar el soberanismo
Algunas instituciones habían pedido al presidente que aumentara la proyección internacional de Cataluña
El presidente del Centro Internacional de Documentación de Barcelona (CIDOB), Carles Gasòliba renunció ayer al cargo en desacuerdo con algunos patrones institucionales, que le reclamaban acentuar el perfil soberanista de la entidad. Gasòliba, que había sido eurodiputado de CiU de 1987 a 2004 ha presidido el CIDOB los últimos cuatro años en sustitución de Narcís Serra y podía aspirar a un nuevo mandato, pero ayer comunicó que no se presentaría a la reelección ante esas presiones políticas.
El CIDOB hizo pública una nota en a que se asegura que Gasòliba justiticó la marcha “en base a la opinión expresada por patrones institucionales de cara a iniciar una nueva etapa dentro del actual contexto en el que se ponga énfasis en el papel de Cataluña como actor internacional”. A la espera de un sustituo, Gasòliba continuará en funciones y permanecerá en el patronato del CIDOD a título personal durante los próximos cuatro años.
Su renuncia es fruto de la estrategia de las instituciones gobernadas por los partidos soberanistas de aumentar los esfuerzos para difundir el proceso político que está viviendo Cataluña con el objetivo de la independencia. El CIDOB está considerado el think tank más influyente de España, por encima incluso del Instituto Elcano, y uno de los más prestigiosos a nivel internacional.
Todas las instituciones
La razón de ese reconocimiento se explica por la independencia que tradicionalmente ha mantenido el CIDOB de los gobiernos, sean del color que fueran, así como de su actitud crítica. En el patronato de la entidad está representada la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, el Área Metropolitana, así como el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Gasòliba es un moderado de Convergència, partido en el que milita desde su fundación, pero el giro independentista que vive la formación parece haberle pasado factura. Meses atrás se le reprochó a través de un diario digital de carácter independentista el giro “españolista” que estaba tomando el CIDOB bajo su mandat y se le afeaba, a título de ejemplo, que hubiese adoptado el español como lengua vehicular en unas jornadas sobre las relaciones de España-y Japón que financió una institución pública nipona, centrada en la lengua y cultura de aquel país.
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