La región sufre una agresión homófoba cada dos días
La Comunidad ha vivido un gran incremento de estos ataques homófobos desde que comenzó el año, según Arcópoli
La región está sufriendo un gran incremento de las agresiones homófobas desde que comenzó el año. Según la organización Arcópoli, se han registrado 52 ataques desde enero, lo que supone que de media ocurra uno cada poco más de dos días. No todos ellos han terminado en una denuncia en comisaría. Esta asociación de defensa de los colectivos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) ha pedido medidas urgentes para erradicarlo. La Delegación del Gobierno en Madrid y la Fiscalía de Madrid aseguran que están luchando con todas las herramientas que están a su alcance.
52 ataques desde que comenzó el año
La región ha vivido 52 agresiones en lo que va de año, según los datos recopilados por el colectivo Arcópoli, dedicado a la defensa del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).
La capital es donde más ataques se han producido (34). Distribuidos en su mayoría en el distrito de Centro (22 agresiones), seguido de Moncloa-Aravaca, con 5. Moratalaz (2), Fuencarral El Pardo, Hortaleza, Carabanchel, Tetuán y Villaverde completan la lista.
En los pueblos de la región, destacan Galapagar, Villanueva de la Cañada y San Sebastián de los Reyes, según el recuento de Arcópoli. En Internet también se han registrado delitosde odio y acoso.
La última agresión grave se produjo la madrugada del pasado sábado cuando dos amigos regresaban tras haber pasado la noche en Chueca. Tres hombres empezaron a llamarlos “maricones de mierda”. Después les lanzaron una lata de cerveza vacía, tras lo cual se abalanzaron sobre ellos y les pegaron patadas y puñetazos. A uno de los jóvenes, de 24 años, le diagnosticaron fractura doble del tabique nasal. Ambos sufrieron contusiones por todo el cuerpo. Su acompañante sufrió una crisis de ansiedad.
Justo 24 horas después, otra pareja fue atacada a la salida del metro de Tribunal. De nuevo, un grupo de jóvenes atacó a una pareja de hombres al grito de maricones. También recibieron golpes por el cuerpo. Pese a ser aconsejados por Arcópoli, decidieron no denunciar ante la policía. Prefieren olvidar el incidente.
La capital es, con diferencia, la que registra el mayor número de agresiones. El porcentaje más alto se da en el propio barrio de Chueca o en los alrededores, como Callao, Cibeles, Colón o Alonso Martínez, según los datos recogidos por el vocal de delitos de odio de Arcópoli, Rubén López. “Las parejas gais, en su mayoría hombres, van por esta zona de la mano o se besan al salir, sin darse cuenta de que ya no están en una zona más segura”, reconoce López. Los fines de semana, festivos y los días previos a estos es cuando se producen más ataques.
El perfil de la víctima corresponde en su mayoría a hombres de entre 18 y 25 años. Sufren, tras las agresiones hematomas, contusiones y, en menor medida, algunas fracturas. “Salvo dos casos muy graves, el resto recibió el alta a las pocas horas”, afirma Rubén López. Arcópoli ha creado el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, para centralizar las denuncias. También disponen de un número de teléfono (618 547 166) donde atienden a las víctimas las 24 horas del día.
Sin miedo a denunciar
Para el coordinador del programa LGTB de la Comunidad de Madrid, el abogado Manuel Ródenas, el problema de la homofobia “no es un fenómeno nuevo”. En su opinión, ahora existe mayor sensibilidad y se denuncia más. “Antes no salía en los medios de comunicación y las redes sociales o no existían o no tenían tanta repercusión. Ahora la gente está perdiendo el miedo a denunciar públicamente”, añade Ródenas. La Comunidad de Madrid dispone de un número de teléfono (917 010 788), que atiende a las víctimas de estos ataques. Este servicio cuenta con un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales y abogados.
La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, asegura que el trabajo que se está realizando ahora es concienciar a la gente para que denuncie: “No es extraño que crezcan las denuncias. Es más, yo me atrevería a decir que es bueno, porque no hay nada peor que exista ese delito y que la gente no se atreva a denunciar y que no los conozcamos. No podremos poner los medios suficientes”. Es similar a lo ocurrido con la violencia machista.
El diputado socialista Rafael Simancas registró ayer una pregunta en el Congreso de los Diputados para saber qué acciones está realizando el Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno para hacer frente “a las frecuentes agresiones homófobas” que se están dando en la región.
La Jefatura Superior de Policía de Madrid ha nombrado al comisario José Ramón Murillo como el coordinador regional de todos estos delitos. “Un problema al que nos estamos enfrentando es que muchas víctimas no son conscientes de que están sufriendo un delito de odio”, destaca este mando policial. “En el caso de la homofobia, se da el añadido de que esas víctimas no quieren exteriorizar su conducta sexual. Muchas veces prefieren su intimidad o que se conozca su vulnerabilidad antes que denunciar”, añade.
Los problemas de los delitos de odio, en el que se incluye la homofobia, también han supuesto roces entre la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid. Dancausa ha recordado que la investigación de estos delitos compete a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Sobre todo, después de que el plan director de la Policía Municipal, redactado por el equipo del edil José Javier Barbero, recogiera como un pilar fundamental la lucha contra ellos. De hecho, se ha nombrado al sargento David Martín Abánades, ex responsable del equipo para la gestión de la diversidad social de la Policía Local de Fuenlabrada, para que coordine este nuevo servicio de la policía madrileña.
“Lo fundamental es el apoyo a la víctima, como ocurre con la violencia de género, y el acabar con el discurso de odio. Este se puede combatir desde luego por la Policía Municipal”, recuerda Martín, que lleva 20 años como agente. Su intención es la de trabajar de manera coordinada con la Policía Nacional: “No hay guerra ni enfrentamiento. Tenemos trabajo más que suficiente para los dos cuerpos”.
El fiscal jefe de Madrid, Jesús Caballero Klink, reconoce que en los últimos años “se ha gestado una sensibilidad hacia esos delitos” y ahora están aflorando. “Se atajan y se identifican muy bien en las redes sociales. En Madrid hay una sección de la fiscalía especializada en ciberodio, que coordina con los cuerpos policiales estas conductas para atajarlos con los instrumentos legales”, destaca Caballero Klink, que apuesta porque estos delitos se resuelvan en juicios rápidos. Solo de esta forma se conocerán las consecuencias de estas agresiones.
La visibilidad, un factor que juega en contra
La homofobia no se da solo contra los gais, pese a que sufren el mayor número de agresiones. Los transexuales también son objetivo de los intolerantes. Según el abogado especialista en delitos de odio Ricardo Ruiz de la Serna, en estos colectivos se dan dos hechos. Ahora son mucho más visibles. “Van cogidos de la mano, se dan besos en público y pueden abrazarse en un bar. Por eso, los atacantes pueden seleccionar a sus víctimas”, afirma el letrado.
Otro hecho es que son “localizables”. Se les puede ver en Chueca o en sus alrededores. El letrado pone como ejemplo que si los agresores fueran a atacar a otros colectivos como las bandas latinas en determinados barrios, podrían salir mal parados al estar estos muy organizados. “Los delitos de odio son cada vez más fuertes y es necesario atajarlos cuanto antes”, destaca Ruiz de la Serna.
El abogado recuerda que algunos grupos de ultraderecha tienen su caldo de cultivo en las redes sociales, en determinados gimnasios y en eventos deportivos. En determinados centros sociales se está extendiendo este tipo de ideología homófoba.
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