Sant Jordi y la princesa ‘vivirán’ en la Casa de les Punxes
La museografía del edificio de Puig i Cadafalch se centrará en la popular leyenda que se mostrará en 3D de forma inmersiva
Los responsables de la Casa de les Punxes, nombre popular de la Casa Terradas, creada por Josep Puig i Cadafalch entre 1903 y 1906, han hecho de la escasez una virtud a la hora de abrirla al público. La austeridad que predomina en el interior de estas viviendas que ocuparon las hermanas Terradas que contrasta con la riqueza y exuberancia del exterior, ha impedido mostrar ricos mosaicos, pinturas murales inéditas o virtuosos artesonados de los techos; porque nunca los ha habido. Por eso, los 500 metros cuadrados del piso principal del número 420 de la Diagonal, esquina Rosselló, que podrá visitarse desde finales de junio, junto con parte de la planta baja (en la que se instalará una librería y una cafetería) y la azotea (donde destacan las seis enormes torres que dan nombre al edificio), se mostrarán vacíos y desnudos. Nada de mobiliario modernista ni fotos antiguas que recuerden el pasado de esta construcción con la que el arquitecto rompió el esquema del Eixample de Cerdà, al optar por una especie de castillo medieval para ocupar el terreno triangular lleno de desniveles donde confluyen tres calles.
El proyecto museográfico será “innovador y lúdico y ofrecerá al espectador una experiencia inmersiva”, ha explicado este viernes Eudald Tomasa, de la empresa Transversal, durante la visita al edificio, en compañía Jaume Falguera, arquitecto director de las obras. ¿Y qué se explicará? “Lo que no se explica en ningún lugar de la ciudad”, según Tomasa: La leyenda de Sant Jordi y su lucha con el dragón para salvar a la princesa. Para conseguirlo, se han oscurecido paredes y techos y se han cegado las ventanas del primer piso para impedir la entrada de la luz. Lo que podrá ver el visitante será fruto de la realidad virtual y la recreación en 3D mediante proyección y espejos que trasladarán, pretenden los responsables del proyecto, a un escenario de cuento con castillos, dragones, caballeros, princesas y rosas, muy a lo Juego de Tronos, que se explicará en siete capítulos o momentos rodados en el castillo de Cardona. Además, se explicarán las variantes de esta leyenda, según los países. De hecho, la versión que se mostrará en la Casa de les Punxes será la inglesa, en la que el caballero y la princesa se casan, según adelantó Tomasa.
El recorrido de la visita comenzará (tras abonar 12,5 euros) por la planta baja, donde en un espacio diáfano de unos 500 metros podrá verse la primera sorpresa del trabajo de Puig i Cadafalch. Aquí, antes de que lo hiciera Gaudí, tal y como destaca la historiadora del arte Isabel Artigas en el trabajo histórico realizado previo a la intervención, Puig i Cadafalch creó un bosque de columnas y jácenas de hierro fundido que parecen aguantar ellas solas el edificio, sin necesidad de paredes. Tras recorrer el piso principal y conocer la historia de Sant Jordi a la inglesa, se accede a la azotea en la que podrá pasearse libremente visitando las antiguas casetas de los porteros (con tejados triangulares) y viendo otro de los avances tecnológicos que aportó Puig con esta casa: “los forjados cuelgan mediante tirantes metálicos que trabajan a tracción y transmiten las cargas de todo el peso a las paredes circulares perimetrales”, ha explicado Falguera.
En cuatro de los torreones se explicará la construcción e historia de la casa. Cómo para Rosa Terradas utilizó decoraciones con esta flor; para Àngela hizo un ángel en el mosaico exterior y empleó el trébol como elemento floral, y para Josefa, la vivienda central, la única de las tres que se casó, compuso el mural mosaico con un Sant Jordi para ella y su marido, el doctor Parés, que tuvo una gran vida social a diferencia de sus cuñadas, que destacaron por su religiosidad. Un Sant Jordi independentista al que se le pide en su divisa Sant Patró de Catalunya torneunos la llibertat, tal y como puede leerse desde la calle.
La empresa Texna, propietaria del edificio desde 2010, creó, tres años después, un plan estratégico para buscar “el posicionamiento turístico” de la vivienda en el mapa barcelonés. Es cierto que su ubicación es la ideal, a medio camino entre el burgués Passeig de Gràcia y la Sagrada Familia. Por eso, los responsables del edificio creen que la iniciativa será un éxito de público y han invertido en el proyecto y reforma tres millones de euros, según explicó una portavoz de la entidad. Para el primer año esperan 100.000 personas.
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