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Detenido el tesorero de una orden seglar de Barcelona por fraude

El Arzobispado interviene la orden para garantizar que se sigan prestando los servicios de atención a ancianos y no descarta "otras irregularidades"

Camilo S. Baquero
Sede de la orden religiosa de la Pía Unión de los Hermanos Misioneros de los Hermanos Pobres.
Sede de la orden religiosa de la Pía Unión de los Hermanos Misioneros de los Hermanos Pobres.M. Minocri

Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer a Vicente Samán, tesorero de la orden seglar Pía Unión de los Hermanos Misioneros de los Hermanos Pobres, por un delito económico. La policía catalana actuó tras una denuncia del Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que además intervino la orden y expulsó a Samán de la comunidad. Los Hermanos Pobres se encargan de gestionar una residencia de ancianos y un centro de inserción laboral en el barrio barcelonés del Guinardó. El prelado aseguró que hay indicios de otras irregularidades “de carácter más moral que económico” que no especificó.

El Arzobispado explicó que tomó la decisión de la intervención, el pasado 6 de marzo, para “proteger la obra social que gestiona la asociación” y se comprometió a que los servicios se sigan prestando. Fuentes del clero explicaron que las alarmas saltaron cuando la curia se enteró de unas operaciones inmobiliarias realizadas por Samán. El detenido podría haberse quedado con un millón de euros, según fuentes del caso citadas por Efe. El Arzobispado nombró un comisario que se encargó de revisar la contabilidad y certificó las irregularidades, que terminaron con la denuncia y posterior detención.

En una rueda de prensa críptica e inédita, Omella aseguró que también podría haber otras irregularidades “de carácter más moral que económico”, sin concretar. El cardenal no descartó que se pudiera tratar de abusos, aunque fuentes del Arzobispado aseguran que no involucran a las personas atendidas por la orden.

Samán, de origen peruano, era el más joven de los seis seglares que están en Barcelona. Provenía de un centro para captar vocaciones que la orden tenía en la ciudad de Ica (Perú) y llegó a Vigo, donde estuvo dos años. Después fue trasladado a Barcelona donde escaló rápidamente debido a la debilidad física del hermano José María Sanz, superior general de la orden, de 88 años.

Subvenciones catalanas

Los Hermanos Pobres se financian principalmente de donaciones y de subvenciones públicas. Solo de la Generalitat recibieron 438.399 euros el año pasado, para el funcionamiento de un centro de inserción laboral. La orden cuenta con 17 hermanos (que no hacen los votos de pobreza, castidad y obediencia), el resto se encuentran en Galicia, donde también reciben dinero de la Xunta.

“Espero que sea un malentendido, soy el primer sorprendido por la detención”, aseguró ayer un compungido hermano José María, sucesor del fundador de la orden, Antoni Jácome Pumar. “Yo estoy muy viejo, no tengo energías para seguir. Confié en Vicente, hasta se sacó el título de enfermero y de director de residencia”, explicó el superior desde su despacho en el centro de Guinardó que atiende a 75 ancianos.

Sanz dijo que no le consta ninguna irregularidad aunque aceptó que hace años le prestó 100.000 euros de una donación a Samán para que su madre arreglara su casa en Perú, que había sido afectada por un terremoto en 2013, y para una operación. “Le dije que me los devolviera cuando pudiera, es lo único que hemos hecho”, justificó. Varios residentes aseguran que Samán había desaparecido unos días. “Es la persona que controla aquí, no tenemos ninguna queja”, explicó Víctor, uno de los ancianos.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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