Cartera de valores

Madrid, sin una enorme red de salas, ha conseguido consolidar espacios que ofrecen una programación coherente y muy fiable. La capital ha sabido trabajar de manera autónoma, distanciándose de comparaciones con ciudades como Barcelona, y ofrecer una serie de alternativas nocturnas en tiempos más que difíciles.

Este jueves son relevantes las fiestas que organizan Mondo y Limbo. La fiesta de Siroco se une a Giradiscos para traer al productor israelí Moscoman, uno de los nombres que más suena dentro de la electrónica de ritmo lento de sellos como I’m Cliche, Eskimo o Correspondant. Por otro lado, Mondo, siempre atento a la actualidad, ofrece la sesión de The Black Madonna. La estadounidense representa la vertiente más hedonista y cercana del sonido que inundó las discotecas de medio mundo durante los setenta, aunque la última vez que se la pudo ver en Madrid dejó más sombras que luces sobre su valía en la pista de baile, esperemos que logre desquitarse.

Al día siguiente son tres los espacios que continúan apostando fuerte por el techno. Por un lado, Nox con Paul Ritch, figura refulgente del tech house más oscuro e hipnótico y, por el otro Stardust, esta semana dedicando su cabina a la escena nacional, con Joton y Hector Oaks. Esa misma noche Siroco aloja la fiesta Yokai que presenta en Madrid al productor sueco de techno Jonnas Ronberg, más conocido como Varg. A su lado estará otro pinchadiscos madrileño: Svreca.

Por último, el sábado, Shine trae a un veterano Anthony Rother, principal activo del electro de principios de los dosmiles y del que aún se recuerda su adictivo Hacker. El alemán continúa la misma línea iniciada hace 15 años en sellos como Psi49net o Datapunk. Un valor seguro.