La fiscalía abre diligencias por el delfín de la Casa de Campo

La Fiscalía Coordinadora de Medio Ambiente y Urbanismo ha abierto esta mañana una investigación para determinar si existe algún delito detrás del hallazgo de un delfín en avanzado estado de putrefacción junto a la valla de la Casa de Campo el pasado martes. Los agentes encargados de las pesquisas también tienen previsto pasar el atestado al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por si a este departamento le consta algún dato.

Los investigadores barajan varias hipótesis: entre ellas, el “comercio ilegal de delfines o de algunos de sus órganos”, según fuentes policiales consultadas por EL PAÍS. Otra de las posibilidades que mencionan es más una suposición. En su opinión, el cetáceo habría muerto en alguna playa y alguien se lo habría llevado a Madrid con el fin de conservar su esqueleto. Lo habría enterrado para que los microorganismos se comieran la carne.

El jueves, científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales se trasladaron hasta el Centro de Protección Animal, donde está el delfín, para hacerle una primera inspección ocular. Según explican Isabel Rey, conservadora de la colección de tejidos y ADN, y Ángel Garvía, conservador de la colección de mamíferos, se tomaron fotografías del animal y también sus medidas como, por ejemplo, su longitud: 1,90 metros. Además, se extrajeron muestras del tejido para estudiar el ADN y determinar a qué tipo de especie pertenece y su sexo. Los encargados de llevar a cabo estos trabajos estiman que, considerando los insectos encontrados en el cadáver y su estado, su muerte se habría producido hace varios meses.

Por sus características morfológicas piensan, asimismo, que podría tratarse de un Stenella coeruleoalba (delfín listado) o de un Delphinus delphis (delfín común oceánico o de aletas cortas).

Ambos comparten el rechazo a vivir en cautividad. “No son los típicos delfines que uno puede ver en el zoo, donde lo habitual es ver a un Tursiops truncatus o delfín mular. Tanto el delfín listado como el común se mueven en mar abierto. El listado suele estar por el Atlántico y el común por el Mediterráneo”, explica Manuel Gosálvez, biólogo marino.

Con esta aproximación quedaría descartada la hipótesis de que el animal encontrado en la Casa de Campo fuera un delfín de río (platanistoideos), una especie propia de ciertas cuencas del sureste asiático y del Amazonas.

Las conclusiones definitivas de los expertos se conocerán en unos 15 días. Entretanto, el cetáceo permanecerá congelado y precintado en el Centro de Protección Animal.

La Unidad de Protección del Medio Ambiente (UPMA) abrió un atestado, que incluía un reportaje fotográfico del animal hallado junto a la carretera de Boadilla, y que se remitió tanto a la Fiscalía como al Seprona. Se recogía la identidad del vecino de Latina que halló el ejemplar, gracias al olfato de su perro César, un Teckel de tres años.

Los agentes de la UPMA han contactado con los zoológicos más importantes de España y hasta la fecha ninguno les ha informado de que les falte algún ejemplar. Los dos centros más importantes de Madrid, el Zoo y Faunia, han respondido que el ejemplar no les pertenece.

El vecino de Latina avisó pasadas las tres de la tarde al servicio de información municipal 010, pero nadie acudió al lugar que les había indicado. Al ver que pasaba el tiempo, repitió la llamada pero en esa ocasión optó por la Policía Municipal. Al lugar acudieron dos componentes de la Unidad de Medio Ambiente, que se quedaron muy sorprendidos al ver el cuerpo del cetáceo. Este se encontraba escondido entre unos matorrales, junto a una entrada de la valla de la Casa de Campo.