Barcelona muestra un primer tramo del Baluard de Migdia
El plan recupera parte de la muralla del XVI y dos canales junto a la estación de Francia
Difícil es remover un metro cuadrado de tierra a no demasiada profundidad o meter una excavadora en buena parte de Ciutat Vella sin que afloren vestigios de la antigua ciudad. Eso es lo que ocurrió hace 10 años cuando empezaron a mover tierras para la construcción de una promoción de viviendas en un gran solar de 18.000 metros cuadrados que había ocupado la estación de Cercanías de Renfe. Cuando la máquinas entraron descubrieron un importante conjunto de restos arqueológicos, de diferentes etapas, desde material de cerámica y ánforas del siglo III hasta una considerable sección de 60 metros del Baluard de Migdia a diferentes estructuras ferroviarias del siglo XIX. A la espera de que acaben las obras, el Ayuntamiento exhibió ayer un primer tramo de esa Baluard ya rehabilitado.
El proyecto urbanístico se paralizó y se modificó para proteger los restos arqueológicos. Los trabajos aún no han concluido pero que ya permiten una visualización parcial de lo que se encontró: un importante tramo del Baluard de Migdia y de la muralla, ambos del siglo XVI; la contraescarpa, de principios del XVIII y parte de la sección de dos canales: uno de ellos respondería a una canalización auxiliar del Rec Comtal y la segunda —no identificada— que cruza la superficie del foso que se ha abierto con las excavaciones. Parte de esa trama de la antigua Barcelona se halló, también, en un solar cercano que solo está separado por las vías: entre la estación de Francia y el paseo de la Circumval·lació, donde está previsto que —algún día— se construya la Biblioteca Provincial.
El análisis de los hallazgos ha permitido delimitar que el mar llegaba hasta ese punto en el siglo III, que era apto para la navegación hasta mediados del siglo XV, época en la que se construyó una escollera. Los trabajos arqueológicos dieron con los restos de un navío medieval. La tierra ganó territorio al mar y en esa zona se construyó el Baluard de Migdia y la fortificación marítima entre los siglos XVI y XIX. La parte en la que ya ha terminado la intervención y se puede ver se ha definido con un perímetro de balconadas desde las que se pueden contemplar restos arqueológicos y unas rampas que permitan el acceso al foso para que se pueda mantener el conjunto y, también, con la idea de hacer visitas guiadas.
Justo al lado de ese solar, los trabajos prosiguen y supondrán una inversión adicional de cerca de 650.000 euros. Será cuando concluya ese acondicionamiento cuando se podrá tener una visión de conjunto de los restos ya que ahora las vallas y las máquinas de los trabajos lo impiden.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.