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El enigma Gabriel Rufián

Hace dos años era un perfecto desconocido. Hoy es un referente del independentismo en un partido con 85 años de historia

Gabriel Rufián (ERC), durante su intervención en el Congreso.Foto: atlas | Vídeo: Uly Martín / Atlas
Cristian Segura

España descubrió este viernes a Gabriel Rufián; en Cataluña hace tan solo dos años que dejó de ser un ciudadano anónimo. El cabeza de lista de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso todavía era en 2014 un chico normal, padre de un niño de 5 años, que convivía con su pareja en Sabadell, donde dirigía la oficina de una empresa de recursos humanos. Su madre, Pepi Romero, explicó en un spot de la campaña electoral del 20-D que su hijo “siempre ha tenido sus ideas políticas, pero realmente cuando de alguna manera se comprometió, fue a partir de entrar en Súmate”. Súmate es una organización independentista próxima a ERC. La primera intervención pública de Rufián fue en una charla de Súmate en el Centro Cívico de Trinitat Vella (Barcelona), en febrero de 2014. Eduardo Reyes, su padrino en Súmate, le presentó como “un graduado social”, hijo de inmigrantes andaluces, de Santa Coloma de Gramenet, que quería explicar por qué se ha hecho independentista. El discurso de Rufián ha cambiado poco desde aquel día, y lo que ha cambiado, ha sido para adaptarlo mejor a su ultrasónica carrera política.

¿Cómo puede alguien de 33 años totalmente desconocido en el mundo del activismo social y político, convertirse de la noche a la mañana en el número uno en el Congreso de un partido con 85 años de historia? Gabriel Rufián es una apuesta directa del presidente de ERC, Oriol Junqueras. Pocos se habrían imaginado su proyección cuando el pasado verano se discutía la creación de la coalición de Junts pel Sí entre CDC, ERC, Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Súmate quedó excluida de las negociaciones en el palacio de la Generalitat. Se produjo una imagen humillante cuando a Reyes, presidente de Súmate, y Rufián les plantaron en la plaza Sant Jaume, con las cámaras de los medios rodeándoles, porque no les permitían el acceso al edificio. No se había contemplado su participación en las reuniones. Artur Mas justificó que no había más espacio. Finalmente, pudieron entrar como observadores invitados por ERC.

“Poemas autoparódicos”

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Pese a no tener ni voz ni voto, Reyes fue el número 5 en la lista de Junts pel Sí en el parlamento catalán y Rufián encabezó la lista de ERC en las generales. También fue el plato fuerte del acto final de la campaña de Junts pel Sí en las elecciones catalanas. Acompañado por los actores Joel Joan y Silvia Bel, Rufián recitó uno de sus poemas más celebrado por el procesismo, Ellas y ellos, dedicado a sus padres: “Él tiembla cada vez que dice «Cataluña» / Ella no quiere morirse sin verlo, y por ella lo haremos”. Del estilo retórico de Rufián, Sergi Pàmies escribió en La Vanguardia: “Tiene una cursilería low cost con toques de confucianismo de bazar que, si el espectador supera los primeros segundos de vergüenza ajena, puede degenerar en ternura. Hay que aplaudir el humor de los ingenieros que le diseñaron los terminales del habla. Le proporcionaron un talento compulsivo para recitar poemas voluntariamente trascendentes e involuntariamente autoparódicos. Unos poemas que alternan las parábolas agnósticas y un lirismo que, siendo indulgentes, deberíamos situar entre Miguel Hernández y Melendi".

El Rufián de febrero de 2014 ya perfilaba su estilo Paulo Coelho, pero también decía cosas con una contundencia de izquierdas que no volvió a repetir, por el bien de la convivencia con CDC. En aquella primera intervención en Trinitat Vella, interpelado por un hombre que le recriminó los pactos de CiU con el PP y PSOE, Rufián respondía: “No se puede venir a hablar de independencia en un barrio con un 40% de paro, pero sí del país que queremos. Yo voto por un país que no esté patrocinado por La Caixa. Yo voto por un país que no tengo a Artur Mas I de rey. Yo voto por una banca nacionalizada”.

Con Súmate como plataforma, Rufián se convirtió en un fenómeno del independentismo digital. Incluso ERC destacó tuits épico-calóricos suyos en los vídeos de la campaña, como este mensaje: “El independentismo siempre podrá estar orgulloso de cómo fue capaz de aglutinar gente tan diferente que solo compartía una cosa: la decencia”. No hay que darle muchas vueltas para encontrar algún nombre que desmonte esta teoría sobre la decencia universal de todos los independentistas.

Tras conseguir el estrellato en Twitter, Rufián saltó a las tertulias de Catalunya Ràdio, a los digitales independentistas y de allí, al secretariado nacional de la ANC. También se le ha podido ver en programas de medios de comunicación del nacionalismo español y catalán radical. El primer vídeo que se puede encontrar con su nombre en Youtube data de agosto de 2014 y es una intervención en 'El Punt Avui Tv'. “La legalidad española hay que violarla como Rosa Parks violó la legalidad negándose a ceder su asiento a un blanco”, dijo Rufián sin que se le planchara el tupé.

El ADN catalán

Rufián participó en agosto de 2015 en un acto de promoción en Badalona de la manifestación que debía celebrarse el 11 de septiembre, la Via Lliure. En aquella ocasión, y como hizo ayer durante el debate de investidura, Rufián destacó por el uso que hace de la memoria de sus abuelos para defender la independencia: “Los abuelos juntaban a todos los nietos y nos decían que teníamos que sentirnos muy orgullosos de ser catalanes. Que el catalán tenía la derrota en el ADN. Porque había perdido y cedido muchísimas veces frente a aquellos que negaban su identidad. Y que pese a eso era un pueblo digno y puntero en Europa. Y que nuestro trabajo, humilde trabajo, era decirlo a este pueblo que cuando se alzara, porque se alzará, porque tardo o temprano se alzaría, que no hay nada imposible”. Los abuelos de Rufián –uno era paleta, el otro era taxista, según repite él; uno de Granada, el otro de Jaén– le contaban todo esto cuando era un niño y cuando el independentismo era minoritario incluso entre los catalanes más arraigados.

La familia es fundamental en el argumentario de Rufián. Su ñoñería discursiva se basa en el personaje que ha creado y que autodenomina “el poeta del olivo”, por su admiración por Lorca y por sus raíces andaluzas. Los abuelos son habituales en su mensaje, también los padres. Son su modelo de integración y de republicanismo catalán. Rufián ha repetido que sus padres se conocieron en un mitin de Bandera Roja. De pequeño le ilustraban con mitos como el Che Guevara y Víctor Jara. Toda la vida han luchado para salir adelante, asumiendo trabajos de todo tipo, según palabras de su hijo. La madre ocupa desde marzo de 2015 posiciones interinas en la Agencia de Vivienda de Cataluña. Rufián tiene familiares partidarios de Izquierda Unida. Su mujer, cuenta él, estudia Filología Hispánica. Ella es muy activa en las redes sociales compartiendo poemas de autores clásicos. Rufián parece que ha borrado su vida privada de Internet. Pese a ello, amistades suyas mantienen públicas imágenes y escenas en las que el Rufián prepolítico aparece como una persona alegre, guapo, familiar y sin ningún indicio de activismo político.

El enigma laboral

Pocos conocen a fondo a Rufián y el foco mediático se centró durante la campaña del 20-D en sus méritos profesionales. Asegura que ha trabajado de transportista en una feria, y de vendedor en El Corte Inglés y en H&M. Hace once años entró a trabajar de becario en una empresa de recursos humanos especializada en el sector metalúrgico. Su momento más polémico durante la campaña fue a raíz de unas declaraciones en La Vanguardia: “En estos momentos estoy cobrando el paro, tuve que dejar el trabajo para dedicarme a esto”. Como que solo se puede cobrar la prestación de desempleo si te despiden, Rufián tuvo que rectificar y decir que él no dejó el empleo, que le echaron porque dedicaba demasiado tiempo a la liberación nacional. Rufián se niega a desvelar el nombre de esta empresa “por acuerdos de confidencialidad”. Ha dicho en varias ocasiones que descubrió Súmate a partir de ese trabajo, sin precisar qué vínculo hay entre uno y otro. Rufián afirma que descubrió la lengua y la cultura catalana cuando sus padres le matricularon en un instituto del centro de Badalona. Habría sido aquel empleo en esta misteriosa empresa lo que le convenció para convertirse en un nuevo héroe del independentismo.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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