Colau ultima un acuerdo para gobernar con PSC y ERC
Las fuerzas de la izquierda quieren cerrar la próxima semana un pactoo presupuestario
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, trabaja desde el primer día de su legislatura con la intención de crear un nuevo gobierno tripartito de izquierdas en el Ayuntamiento. En los últimos días, las negociaciones se han intensificado y, a pesar de que todavía quedan algunos escollos por solucionar, avanzan por el buen camino. La primera gran prueba de fuego será la próxima semana, cuando el gobierno de Colau quiere cerrar un gran acuerdo presupuestario con PSC, ERC y la CUP.
El escenario con el que está trabajando Colau pasa por la entrada del PSC en el equipo de gobierno municipal. La suma de Barcelona En Comú, que tiene 11 concejales, con el PSC, que cuenta con cuatro, queda todavía lejos de la mayoría necesaria para garantizar un gobierno estable. Se necesitan 21 concejales. ERC, que logró cinco regidores, trabaja también con la idea de entrar a formar parte de esta coalición. Los tres partidos juntos tendrían suficiente peso como para llevar adelante una acción de gobierno que se está retrasando demasiado, según coinciden todas las formaciones implicadas.
Además, está coalición espera contar con los votos puntuales de la CUP, que servirían también para demostrar la unidad de toda la izquierda con representación en el ayuntamiento barcelonés.
El calendario electoral no ha ayudado para nada a la negociación de este gran acuerdo de izquierdas en Barcelona. Las elecciones catalanas y las generales han impedido que los partidos se quisieran posicionar en la capital catalana. Pero estas complicaciones ya están solventadas: “Existe un acuerdo tácito entre BComú y el PSC para evitar que, pase lo que pase entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, no se alteren los pactos de Barcelona”, explicó una fuente cercana a las negociaciones.
Barcelona sopesa personarse por los sobrecostes de Adif
El Ayuntamiento exigirá a Adif que realice auditorías sobre las posibles irregularidades y el sobrecoste de 31 millones de euros en las obras del AVE en La Sagrera y, en caso de confirmarse, estudiará presentarse como acusación particular. Así lo establece un ruego del grupo municipal de ERC que aceptó la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz.
Explicó que el gobierno municipal “ha exigido a Adif que aporte la máxima información posible y aclare cualquier sombra de duda sobre cualquier obra”. “El Ayuntamiento debe ejercer todas las competencias para asegurar que todas las obras se hacen dentro del marco jurídico”, defendió.
Pero antes de que las fuerzas progresistas cierren un acuerdo estable en Barcelona, el equipo de Colau quiere tener aprobados los presupuestos del 2016 o contar una modificación presupuestaria que garantice la acción de gobierno.
El gobierno confiaba en poder anunciar ayer mismo el acuerdo presupuestario y aprobarlo en el próximo pleno del día 1 de abril pero no fue posible. Durante la sesión plenaria de ayer, los líderes de los partidos implicados llegaron a ausentarse de la sala de plenos para seguir discutiendo y superar los flecos pendientes, pero no fue posible.
Los socialistas no quieren aprobar ninguna partida económica sin tener garantizada antes su entrada en el gobierno. El líder de los socialistas en Barcelona, Jaume Collboni, destacó que las negociaciones son “positivas” pero insistió en que no se puede aprobar una partida económica sin saber antes si se podrá ejecutar. Sus condiciones políticas pasan por la creación de 30.000 puestos de trabajo en un horizonte de cinco años, una apuesta decidida por la rehabilitación de edificios e incluir una hora de inglés en la educación primaria. Las condiciones de los republicanos pasan por garantizar que el metro llegue a la Zona Franca, una obsesiva promesa electoral de Alfred Bosch. La CUP tomará su decisión después de consultarlo con las distintas asambleas.
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