Las vibraciones en pisos de Collblanc obligan a frenar los trenes de la L9

El Ayuntamiento de L'Hospitalet ha recibido 47 denuncias de vecinos por las molestias que les provoca el paso de cada uno de los convoyes de la línea 9 del metro, estrenada hace once días, entre las estaciones de Collblanc y Torrassa. Desde que se empezaron a hacer las primeras pruebas en octubre son víctimas de ruidos y vibraciones en sus domicilios, lo que ha obligado a Transports Metropolitans de Barcelona, el gestor de la línea, a reducir la velocidad de los trenes en un pequeño tramo, en el que se pasa de 70 a 50 kilómetros por hora, hasta que se dé con la solución definitiva, según avanzó ayer la Cadena Ser.

La previsión de las administraciones es que la solución esté lista en el plazo de un mes. Uno de los vecinos, Josep Maria Vidal, opinó que uno de los orígenes de los ruidos está en un cambio de agujas que lo trenes tienen que cruzar.

“Es como si estuvieras en el andén del metro y escucharas cómo se aproxima el próximo tren”, explica Donatila Caralt sobre el problema, confirmado por el Consistorio y del Departamento de Territorio. Con la aparición de las primeras molestias, los vecinos impulsaron una recogida de firmas y empezaron a denunciar los problemas, lo que ha provocado que la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, se haya reunido con ellos en tres ocasiones y que el consejero de Territorio, Josep Rull, haya visitado la zona en una ocasión.

Fuentes vecinales aseguraron ayer que se han instalado sensores para analizar las vibraciones y los ruidos en algunos edificios, que son muy perceptibles pese a que el túnel pasa a unos 50 metros de profundidad. Curiosamente, el paso de los trenes ha sido más grave para los vecinos que no la construcción del túnel, hecho con tuneladora.

El mayor número de afectados se concentra en las calles de Pujós, Llavines, Besa y Estruch, aunque se han producido quejas en otras zonas.