¿Qué separa a los trabajadores de Metro y a TMB?
Un aumento salarial tras años de congelación, la contratación "precaria" y el convenio son los principales conflictos
La plantilla del metro y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la mayor empresa pública de la ciudad, se han reunido seis veces en las últimas dos semanas para intentar alcanzar un pacto que evite a la ciudad dos jornadas de huelga durante el Mobile World Congress (MWC), el congreso de móviles más importante a nivel mundial y el mayor de la capital catalana. La calles de Barcelona reciben durante el evento 95.000 personas más de lo habitual con desplazamientos y destinos comunes: los recintos de Fira Barcelona en Montjuïc y L'Hospitalet. No en vano ha sido el propio secretario general de Empleo, Josep Ginesta, el que ha tomado las riendas de la mediación en sesiones maratonianas que han llegado a alargarse incluso de madrugada y superar las nueve horas de duración.
Pero las partes no se ponen de acuerdo ni en qué discrepan. Los trabajadores aseguran que ya habían conseguido un consenso en materia económica y que el problema radica en que la dirección introduce nuevos requisitos cada vez que están a punto de firmar. TMB, en cambio, afirma que las diferencias radican en el factor económico y que las exigencias son demasiado altas para una empresa que debe ajustarse a los presupuestos públicos. Estos son los puntos claves del conflicto:
- CGT, líder del comité. La huelga ha sido convocada por los seis sindicatos que conforman el comité de empresa, con CGT a la cabeza —tiene nueve de los 27 delegados— con el objetivo de "desbloquear" la negociación del convenio colectivo. El acuerdo data de 2012 y desde entonces no ha podido firmarse uno nuevo, sino que se ha recurrido a prórrogas cada año. La última venció el pasado 31 de diciembre, aunque las reuniones para redactar un nuevo convenio ya habían comenzado en octubre.
- La dirección, ausente. El comité asegura que la dirección faltó a seis de las ocho citas de negociación, algo que la empresa niega. Este desinterés fue la justificación inicial de los empleados para convocar las huelgas, ya que están decididos a conseguir un nuevo convenio y dejar atrás las prórrogas, que han significado la congelación de sus salarios durante los últimos cuatro años. La alcaldesa, Ada Colau, dijo que revisaría si estas ausencias son ciertas.
- Dos focos de "precariedad". La plantilla cuenta con dos colectivos a los que considera "precarios" y que suman 600 personas: los empleados de la bolsa de verano, que solo trabajan tres meses al año con contratos de obra y servicio, y los relevistas, cuyas jornadas no superan el 75%. El presidente del comité de empresa, Antonio Ceballos, ha explicado que el escalafón profesional en Metro consistía en comenzar como trabajador de la bolsa y pasar a relevista hasta que hubiera una plaza al 100%. "Hasta noviembre de 2011. Desde entonces, se ha acumulado mucha gente en estas situaciones sin perspectivas de mejora", ha afirmado. La concejal y presidenta de TMB, Mercedes Vidal, ha justificado la contratación temporal recordando que la compañía es "la única gran empresa ferroviaria" donde los empleados tienen vacaciones durante los meses de julio, agosto y septiembre.
- Temporales a fijos. El comité exige que los temporales, unos 200, porque las versiones varían, sean convertidos en fijos y que las jornadas de los relevistas se incrementen a tiempo completo. TMB ha accedido, aunque siguiendo un calendario de cinco años que, según los trabajadores, aún necesita retoques.
- Aumento salarial del 1% y seguimiento. TMB se ha comprometido a asistir a reuniones semanales para negociar un nuevo convenio que dure al menos tres años y un aumento salarial del 1%. Esgrime que es lo máximo que puede subir los salarios una empresa pública. Pero ha ofrecido complementos por el valor máximo de 775.000 euros a repartir por igual entre todos los empleados en función de objetivos asociados a la reducción de costes y el incremento de la productividad. Los trabajadores están de acuerdo con la cifra, pero no con los objetivos. Alegan que el metro "no es una fábrica" donde se pueda producir más o menos y rechazan que su sueldo dependa de factores como el absentismo, el kilometraje o cuántas personas se cuelan en las estaciones.
- Un festivo más o ingresos extra. La compañía también ha ofrecido incorporar un día más de festivo en el calendario laboral. Una concesión sobre la que el martes introdujeron la posibilidad de convertir la libranza en ingresos extra.
- Transparencia. La dirección se ha mostrado dispuesta a crear una mesa de "interlocución política" que se reúna cada dos meses con los empleados para "garantizar el flujo de información". El Ayuntamiento añade que está en marcha un proyecto para habilitar una página web de transparencia sobre TMB. Es su forma de responder a las exigencias de la plantilla, que pide que se hagan públicos los sueldos de los directivos y del personal que está fuera de convenio.
- De fondo, el convenio. Los trabajadores acusan a la dirección de introducir nuevos requisitos cada vez que por fin consiguen un consenso. Aseguran que el sábado, cuando ya había acuerdo "en lo económico", la empresa exigió que se firmara un convenio colectivo esa misma noche, algo que el Ayuntamiento de Barcelona negó al día siguiente. La reunión de anoche se truncó, según afirma el comité, porque TMB puso la condición de que todo lo acordado no entre en vigor hasta que se firme un nuevo convenio colectivo. "Imagínate, podemos estar dos o tres años sin convenio", ha protestado Ceballos. La empresa lo ha vuelto a negar.
- Críticas veladas a CGT. Fuentes de TMB han criticado el comportamiento "errático" del comité de huelga, que se ha levantado de las últimas dos mesas de negociación de una forma que ha sido percibida por la dirección como precipitada. Vidal ha sido más dura y, sin citar a CGT, habla de un sindicato que "nos lleva a un callejón sin salida" y de que "hay voluntad de bloqueo constante". El comité de huelga, sin embargo, está conformado por dos miembros de cada uno de los seis sindicatos con más representación —CGT, UGT, CC OO, SU, CIM y CPTC— y aseguran que, hasta ahora, sus decisiones han sido unánimes.
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