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La organización Corrent Roig abandona la CUP por el pacto con Junts pel Sí

La CUP es el único grupo con más diputadas en el Parlament tras la incorporación de Castillejo

Las diputadas de la CUP en un acto contra las actitudes machistas.
Las diputadas de la CUP en un acto contra las actitudes machistas.A. Garcia

El pacto de estabilidad de Gobierno que firmaron Junts pel Sí y la Candidatura d'Unitat Popular en Cataluña para desencallar la investidura y llevar a cabo su hoja de ruta independentista ha provocado la primera escisión dentro del partido anticapitalista.

La organización de carácter trotskista Corrent Roig abandonó la formación porque su militancia no comparte el acuerdo de investidura del presidente Carles Puigdemont. En un comunicado, califican el pacto como un “hecho de extrema gravedad” que “cuestiona el rol rupturista de la CUP al supeditarla a un Gobierno sumiso a la Unión Europea y la Troika. Un Gobierno que hay y que habrá que combatir”, dicen.

Pese al aparente consenso interno que defienden desde el partido asambleario, que este sábado “debatió y ratificó ampliamente las decisiones de los últimos tres meses” en su Consejo político, un sector no ve con buenos ojos el papel de “estabilidad” que le toca jugar a la CUP en esta legislatura. Precisamente, esta semana iniciarán la negociación de unas nuevas cuentas para la Generalitat, tras facilitar la prórroga de los Presupuestos del 2015 en el Parlament.

La salida de Corrent Roig “no afecta a la estructura” de la CUP porque tenían “poco peso” político, explican fuentes del partido. Aunque una de sus representantes, Núria Campanera, fue en el puesto 18 de la lista de la formación a las elecciones del 27-S. Campanera criticó recientemente en un artículo que los presupuestos que “pronto hará aprobar Junqueras —consejero de Economía—, sometidos como estarán al pago de la deuda y a los dictados de la UE y de Madrid serán, a buen seguro, antisociales y mantendrán la política de austeridad, disfrazada con concesiones menores y una política de gestos”.

El colectivo escindido finalizó su intervención en la reunión del Consejo político del sábado con el “deseo” de que ambas organizaciones se sigan encontrando “en las luchas y en la calle”, ya que su militancia reniega de participar en la actividad institucional. La CUP lamentó la decisión e hizo autocrítica: “Estos 18 meses de legislatura traerán contradicciones y el éxito o no de la apuesta dependerá de todo el trabajo que la CUP, junto al movimiento popular, consiga hacer para llenar de sentido social y democrático la ruptura y el proceso constituyente”.

Los anticapitalistas tienen ahora por delante una Asamblea Nacional, que celebrarán el 14 de mayo. En el encuentro del sábado en Torredembarra participaron 57 representantes de las 13 asambleas territoriales y las 11 organizaciones que conforman la CUP. Según explica la organización, estudiarán como mejorar la “toma de decisiones” aunque se “reafirman” en el valor del asamblearismo.

El grupo más femenino

Pilar Castillejo, la número 10 en la lista de la CUP por Barcelona al 27-S, se incorpora al grupo parlamentario para ocupar el vacío que dejó Antonio Baños. Era la siguiente en la lista tras las adhesiones de Mireia Vehí y Joan Garriga, pero ha tardado más tiempo en aceptar el escaño debido a su cargo en la tenencia de alcaldía de Ripollet (Barcelona). Así, la CUP tendrá a seis diputadas en la bancada del Parlament, frente a cuatro diputados.

Castillejo compaginará su trabajo como diputada con su cargo en Ripollet hasta el mes de mayo “para asegurar un buen traspaso del trabajo hecho” en el ayuntamiento de esta localidad. La CUP anuncia esta decisión tras la reunión que han mantenido el Consejo político y el grupo de acción parlamentaria de la formación. “Castillejo priorizará durante el mes de febrero sus obligaciones dentro del ayuntamiento para cerrar la fase de presupuestos municipales, pero asistirá al Pleno del Parlament; a partir de marzo entrará en la dinámica parlamentaria de comisiones y en mayo dejará definitivamente el acta de concejala”, explica la CUP en un comunicado.

Los estatutos de la formación anticapitalista no permiten que se compatibilicen dos cargos institucionales pero harán una excepción con la nueva diputada y ratificarán “formalmente” la propuesta de incorporación gradual de Castillejo en la próxima reunión del Consejo político en marzo.

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