Ascenso y caída de Josep Poblet, el barón convergente de Tarragona

Miércoles 20 de enero. Albert Batet, alcalde de Valls y diputado en el Parlament, colgó una foto en su perfil de Twitter con el mensaje “Buenos amigos en el gobierno asumiendo responsabilidades en momentos decisivos”. Junto a él aparecían el consejero de Interior, Jordi Jané; el secretario general de Presidencia, Quim Nin, y el secretario general del departamento de Interior, Cèsar Puig. Todos ellos de Convergència y todos de Tarragona. Ese mismo día, Josep Poblet, presidente de la Diputación de aquella provincia y alcalde de Vila-seca, estaba en Madrid promocionando el turismo de la Costa Dorada en Fitur.

El distanciamiento entre CDC y Poblet no es solo físico. El barón del partido en el Camp de Tarragona está apartado de los puestos de mando del nuevo Gobierno de Carles Puigdemont y su nombre no ha entrado en ninguna de las quinielas para ocupar cargo alguno. Poblet, de 59 años y con casi 30 de militancia activa en Convergència, no oculta su tibieza con la deriva independentista de la formación. De hecho, en julio tumbó la adhesión de Vila-seca a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) al abstenerse en la votación en el pleno local. Poblet también se abstuvo cuando en la Diputación de Tarragona se celebró la misma votación.

De la misma manera, las reservas de la cúpula de CDC con Poblet han quedado patentes en la gestión del expediente BCN World. El asunto trae de cabeza al alcalde Vila-seca porque su construcción era la promesa estrella de su mandato. Perfecto conocedor, gracias a Port Aventura, de los réditos que da tener una gran infraestructura lúdica cerca de casa, Poblet no se cansa de pedir agilidad para la tramitación del macrocomplejo de hoteles y casinos. “No nos distraigamos con el juego y pongamos el acento en el urbanismo”, defendió en el Parlament.

Si antes esta también era la tesis de Convergència, ahora la demanda de Poblet tiene poco predicamento dentro de su partido tras el acuerdo de Junts Pel Sí y la CUP para facilitar la investidura de Puigdemont: La CUP exigía paralizar el macrocomplejo y fruto del pacto el proyecto se encuentra en “suspenso”. Por este motivo el consejero de Empresa, Jordi Baiget, ha referido que es menester “un debate franco y sincero” para avaluar qué aporta BCN World. Josep Rull, titular de Territorio y Sostenibilidad, se ha estrenado en el cargo apuntando que dentro de Junts pel Sí será necesario ponerse de acuerdo “para ver el alcance del proyecto”.

Esquerra ya ha hablado. Ferran Civit, presidente regional del partido en el Camp de Tarragona, ha dicho que “no es nuestro modelo, ni económico ni de implantación territorial”. Josep Andreu, presidente provisional de la AMI y peso pesado de ERC en el territorio, ha ido más allá. Para él BCN World está “muerto y enterrado”.

El partido de Oriol Junqueras tiene una confrontación abierta con Poblet y así se explica que tratara de vetar su tercera reelección al frente la Diputación. A imagen y semejanza de lo que después planteó la CUP con Artur Mas, Esquerra ofreció apoyo a Convergència para asegurarse la mayoría en la Diputación, siempre que el candidato no fuera Poblet.

Su imputación en el caso Innova le hacía aparecer como candidato poco óptimo para gestionar un ente que maneja 150 millones de euros al año. Pero el veterano político movió pieza y logró cerrar un insólito acuerdo con el PSC y el PP también le alargó la mano. El alcalde de Tarragona, Josep Félix Ballesteros, llevó personalmente la negociación de un pacto que definió como “una consecuencia lógica”. El socialista alegó que la imputación no debía ser óbice para apartarle del gobierno. Ballesteros es uno de los principales aliados de Poblet en reclamar luz verde para BCN World, como también lo fue antes la cúpula del PSC con CiU.