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CDC convoca para junio el congreso de su refundación

Artur Mas asume todo el poder del partido tras abandonar la Generalitat y el escaño

Tras abandonar la presidencia de la Generalitat que ha ocupado durante más de cinco años y su escaño en el Parlament, Artur Mas tomó este lunes todas las riendas del poder en Convergència Democràtica (CDC). El partido ha convocado para el 3, 4 y 5 de junio el que pretende ser su congreso de refundación, en el que se volcará Mas. No descartan celebrar primarias para elegir a su dirección y se abre ahora la batalla interna por la secretaría general de la que ayer se apartó Josep Rull, hasta ahora número dos de la formación.

Carles Puigdemont (c) presidente de CDC, Artur Mas (d).
Carles Puigdemont (c) presidente de CDC, Artur Mas (d).M. Pérez (EFE)

Cuando tenía despacho en la plaza de Sant Jaume, Mas acudía a las ejecutivas de CDC pero no las presidía, pero este lunes ejerció esas funciones para simbolizar el inicio de la nueva etapa. La reunión sirvió para aprobar una reorganización interna del partido, según la cual Mas continúa ocupando el cargo simbólico de presidente de CDC, pero se dedicará en exclusividad a Convergència y pasa a asumir también las funciones de secretario general y de organización de manera genérica.

Los dos vicesecretarios actuales, Lluís Corominas y Francesc Homs, continúan en sus cargos y el día a día de Convergència estará a cargo Francesc Sánchez, ahora responsable de Régimen Interno y Comunicación. Josep Rull, que ha ejercido de número dos de CDC durante año y medio, deja de ser coordinador general tras ser nombrado consejero de Territorio y Sostenibilidad.

Rull anunció que no competirá para liderar Convergència y dio por hecho que eso corresponderá al propio Mas, que cumplirá 59 años dentro de unos días. La edad, añadió, no es ningún obstáculo para cuestionar el liderazgo de Mas y hacerlo puede resultar incluso “ofensivo” a una parte de los catalanes. Con todo, la dirección convergente insiste en que quiere dar protagonismo a los 16.000 militantes en la refundación del partido y no descarta la celebración de elecciones primarias para elegir a su líder, aunque el poco convencimiento con el que Rull admitió ese escenario y la tradición de CDC hacen pensar que no se celebrarán.

El cantautor Lluís Llach cuestionó en RAC1 que Mas fuese la persona apropiada para liderar la refundación, a lo que Rull respondió que eso debe decidirlo solo el partido. Si hace unos meses se daba por hecho que el partido refundado abandonaría esas siglas para desvincularlo siquiera de los casos de corrupción en los que está inmerso, Josep Rull dejó entrever ayer que podría mantener la denominación, de la que dijo que no pretenden esconderse, porque genera “un sentimiento muy transversal de lo que somos”.

Las fechas elegidas para celebrar el congreso son el 3, 4 y 5 de junio, aunque la cita podría modificarse si no se consiguiese formar Gobierno en España y tuvieran que celebrarse nuevas elecciones generales. Más allá de eso, la convocatoria del congreso abre ahora la batalla interna para hacerse con la secretaría general del partido. Los movimientos internos señalan como aspirantes a Jordi Turull, coordinador del grupo parlamentario de Junts pel Sí, y al exconsejero de Justicia Germà Gordó, ahora diputado en el Parlament.

Convergència, principal partido de la marca electoral Democràcia i Llibertat que concurrió a las generales, se desmarcó ayer de ERC y anunció que sí acudirá a la ronda de consultas convocada por el Rey para proponer un candidato a la presidencia del Gobierno. “Iremos a explicarle lo que está sucediendo en Cataluña”, aseguró Rull, en referencia al proceso soberanista.

Por lo demás, anunció que Convergència, “nunca” dará apoyo a la investidura de Mariano Rajoy, al que acusó de “renunciar a ser el presidente del Gobierno en Cataluña por las ínfimas inversiones en infraestructuras y el ahogo económico”. Y además de eso, por no reconocer a Carles Puigdemont, al que Rajoy anunció que no llamaría, pero si le atendería “como a cualquier otro” si lo hiciera el presidente catalán.

Frente a la distancia abierta entre CDC y el PP, los convergentes aseguran estar “a la expectativa” de los movimientos del PSOE y dispuestos a “tender puentes”. Todo eso podría allanar el camino a La Moncloa de Pedro Sánchez, en forma de voto positivo o abstención, siempre que los socialistas consigan el apoyo previo de Podemos, que es requisito indispensable.

En CDC valoran “positivamente” que el PSOE les cediera la semana pasado dos escaños para poder formar grupo parlamentario propio en el Senado, al igual que a Esquerra, una decisión por la que le ha llovido una alusión de críticas a Pedro Sánchez.

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