Artur Mas: “Votamos pensando en Cataluña”

"Visca España, presidente", se apuró a gritarle un vecino al presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, a su llegada al colegio electoral Infant Jesus de Barcelona. Mas respondió al comentario con una suave sonrisa y siguió su camino sin apenas inmutarse. Pasaban un par de minutos de las 12 del mediodía cuando el titular del Ejecutivo Catalán, acompañado por su esposa Helena Rakosnik, entró por la puerta de su colegio electoral, ubicado en la zona alta de Barcelona.

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Había expectación por la llegada de Mas, pero ni mucho menos la que levantaron las elecciones autonómicas del 27-S. Poco más de una decena de medios de comunicación se apelotonaban a su alrededor, pero ni rastro del griterío vecinal que solía acompañar al presidente hasta la urna en anteriores comicios. Ni gritos de "President", ni voces de "Independencia". Mas entraba al colegio discreto, con una sonrisa perenne y saludando con pausa a los vecinos que se paraban a su paso. "Bon dia, señor Mas. Suerte", intervino un anciano que salía del pabellón donde se instalaron las mesas de votación. 

El presidente de la Generalitat apenas tuvo que esperar 10 minutos para votar. Las pequeñas colas que se amontonaban ante las mesas electorales tampoco tenían nada que ver con las aglomeraciones que se montaron el 27-S y que obligaron a Mas a esperar más de media hora para introducir la papeleta en la urna. ¿Nervioso?, "No, ya llevo muchas", respondió a EL PAÍS mientras aguardaba en la fila detrás de su mujer. El líder independentista pasó el rato pegando la hebra con algunos vecinos. Sonreía, charlaba y bromeaba con todo aquel que cruzaba sin reparo el círculo de seguridad que habían montado a su alrededor sus guardaespaldas.

Cuando le tocó su turno de votar, el presidente, bregado en estas lides, esperó paciente a introducir el voto, haciendo el amago mientras sonreía a derecha e izquierda, arriba y abajo, a cualquier lugar donde hubiese una cámara filmando. "Votamos pensando en Cataluña", sentenció tras salir del colegio.

El presidente, que celebró "el civismo" con el que se está desarrollando la jornada, animó a votar "con plena consciencia del momento decisivo en el que está Cataluña". También aprovechó para reivindicar la "altísima participación" que han tenido, de tres años a esta parte, otros comicios que se han celebrado en la comunidad, algo que achacó a "la madurez democrática" de los catalanes.

Por su "alto sentido institucional", justificó el presidente, evitó entrar a valorar los posibles escenarios políticos que saldrán a partir de la jornada de este domingo y cómo afectarán a Cataluña. "Cómo afectará a Cataluña [un previsible Parlamento muy polarizado] no lo sabemos. Tenemos que esperar a ver los porcentajes porque no es lo mismo que salga una cosa que otra", apostilló Mas.

El presidente también tuvo tiempo de bromear sobre el partido del Barça, que se estaba celebrando a la misma hora en la que él había acudido a votar. "Me gustaría haberlo visto, pero estoy aquí. Aunque cuando salía de casa, mi hijo estaba viendo el partido en la televisión y le eché un ojo", rió.

El titular del Ejecutivo Catalán abandonó el colegio electoral sobre las 12.30 de la mañana, tras saludar a más vecinos y sacarse fotos con los apoderados de su partido, Democracia i Llibertat. "Gracias por sus esfuerzos y suerte", acertó a decirle Juan Ramón Fortuny, de 76 años, justo antes de que saliese por la puerta del Infant Jesus.

El presidente tiene previsto comer con su familia, como todos los domingos, y acercarse por la tarde al Palau de la Generalitat a adelantar "trabajo pendiente".  A las 20.00 horas, se prevé que llegue a la sede electoral del partido, en el Museo Marítimo de la capital catalana, para seguir el escrutinio de los votos.