Triplete del joven Dalí

“A los quince años mi hermano es un temperamento exaltado, un espíritu inquieto que busca en el arte la vida misma”, escribió Anna María Dalí refiriéndose a su hermano Salvador en el libro que publicó en 1949 en el que aseguraba que ya en la adolescencia “era infatigable a la hora de pintar desde el alba hasta que se ponía el sol”; unas jornadas en las que el joven pintaba mientras cantaba con los labios apretados sin cesar. “Sabemos cuándo pinta por ese ruido especial, semejante al de la abejas”, seguía Anna María que recordaba que, por entonces, “pintaba bodegones, los retratos de la abuela, de Tieta, de mi padre, de Lucia y míos”, unas obras que el joven Dalí regalaba al final del verano a sus familiares. La casualidad ha querido que tres de estos óleos creados entre 1919 y 1921, cuando Dalí contaba tan solo con 15 y 17 años, hayan salido a la luz en apenas un par de meses y que se hayan puesto a la venta; algo excepcional porque la mayoría de estas obras primeras están en museos.

El pasado jueves se subastó Retrato de la abuela Anna cosiendo, una obra que pintó en 1919, con apenas 15 años y que tras pasar de las manos de la propia Ana María a Joan Abelló y ser subastado más tarde en 1971 en París acabó en manos de Peter Moore, uno de los secretarios del artista. La pequeña obra, de 36,8 por 29,8 centímetros, que representa a la abuela materna Maria Anna Ferrés Domènech, no cuenta con la firma ni fecha del artista, pero está incluida en el catálogo razonado de la Fundación Gala-Salvador Dalí con el número 51 y pudo verse la última vez en una exposición en 1983, en Toulouse. “No hay tantas obras de este periodo en el que Dalí se movía todavía en el impresionismo y retrata aspectos de su intimidad, como es en este caso de su abuela”, explica Sheila Fernández, de Sala de Ventas, la casa de subastas barcelonesa que sacó a la venta la obra a partir de 180.000 euros.

La segunda de las obras se vendió en la sala madrileña Fernando Duran el pasado 10 de noviembre. Se trata de El lago de Vilabertran, también pintado en 1919 y proveniente de una colección privada de Madrid, tras haber pasado por, al menos, tres personas vinculadas con Figueres, la localidad natal de Dalí, como su profesor de instituto y amigo Josep Soler Grau, que lo acabó vendiendo en los años setenta del siglo pasado. La pintura, de 68,5 por 47,5 centímetros, no se había expuesto nunca, salía a la venta por 250.000 euros y se quedó sin comprador, si bien sigue a la venta en la galería por este mismo precio, fijado por sus propietarios. “Pensábamos que era un buen precio. Es difícil fijar el valor de las obras de este periodo porque, a diferencia de Picasso, han salido pocos dalís de este momento. Había interés, pero no le ha encajado a nadie”, explica Kristian Leahy, del departamento de Arte Contemporáneo de Fernando Duran, que asegura que sí han habido ofertas por un precio inferior (180.000 euros), pero la familia no ha aceptado y que ahora se está estudiando otra que viene de China, uno de los países donde Dalí comienza a despuntar.

El Museo de Cadaqués prepara una exposición sobre la pintura de juventud de Dalí para finales de 2016 o comienzos de 2017

La tercera reaparecida lleva el título de El Huerto de Es Llaner, y fue pintada con 17 años, en 1921. La expone la galería Mayoral de Barcelona desde finales de octubre, como una de las obras de la exposición Dalí. Maestro en metamorfosis. El pequeño óleo representa, según la interpretación actual, la parte posterior de la casa de veraneo que tenían los Dalí desde 1909 en Cadaqués. La obra no se ha vendido todavía, pero Jordi Mayoral asegura que “hay un coleccionista de Barcelona muy interesado en comprarla y las negociaciones están muy avanzadas”. Mayoral asegura que obras como esta “sin ser tan icónicas de Dalí, son fundamentales para entender lo que vendrá después”. Las tres podrían verse en la exposición que está preparando el Museu de Cadaqués para finales de 2016 o comienzos de 2017 sobre Dalí joven. De hecho, los comisarios han mostrado ya su interés por una de ella, El lago de Vilabertran, según explica Leahy.

La Fundación no puja

No ha pujado por los cuadros la Fundación Gala-Salvador Dalí un centro caracterizado por comprar obras del pintor año tras año. “Son obras de un periodo que están muy bien representado ya en el museo”, explica Montse Aguer, la nueva directora del centro que vela por mantener viva la memoria y la obra del pintor de Figueres. De hecho, en 2008 la Fundación adquirió otra obra llamada también Retrato de la abuela Anna, cosiendo, pintada, esta vez, en 1920. En esta pintura había un interés añadido. En el reverso, de puño y letra de Anna Maria podía leerse: “Este cuadro está pintado por mi hermano Salvador Dalí. Pertenece a su época impresionista y es el retrato de la abuela Ana que pintó cuando tenía unos 18 años. Ana Maria Dalí Cadaqués. 18 agosto 1963”. En ese año, Anna María y Dalí no se hablaban. Su relación fraternal se había roto tras la publicación del libro de 1949 en la que ella contaba cómo su hermano pintaba a los quince años y cómo había cambiado por los surrealistas, y lo que era lo mismo, por Gala.