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Un bajo con ‘swing’

Stefano Palatchi prueba fortuna como ‘crooner’ en una original velada en Luz de Gas

Stefano Palatchi, disfrazado, durante su actuación en Luz de Gas.
Stefano Palatchi, disfrazado, durante su actuación en Luz de Gas. CONSUELO BAUTISTA

Ver a un cantante de ópera afrontando aventuras jazzísticas es algo habitual en Nueva York, pero no en Barcelona. Tan poco habitual como ver la sala Luz de Gas repleta de aficionados al arte lírico. Y el lunes por la noche, en el ambiente de la sala barcelonesa se palpaba la curiosidad y la excitación de una original propuesta: el debút como croonerdel conocido bajo barcelonés Stefano Palatchi. Todo un reto vocal y teatral —en el show mostró su lado más cómico—, del que salió airoso gracias a los consejos de Joan Gracia, de El Tricicle, el feliz acompañamiento de un quinteto de jazz liderado por el pianista Filippo Fanò y, naturalmente, su poderosa voz.

Para un artista acostumbrado a dar vida a reyes y villanos operísticos de Verdi, o a personajes como el filósofo bohemio Colline, que empeña su vecchia zimarra en La bohème de Puccini, haciendo saltar las lágrimas al respetable, cantar con swing tiene muchísimo mérito. Y ya en su primer tema, S´Wonderful, el clásico de George Gershwin, Palatchi jugó con el ritmo y el sentido de las palabras, empleando una voz que sonó más ligera, con el tipo de apoyo y emisión que pide este género.

No era su primera incursión en repertorios más ligeros. Ha cantado clásicos de Broadway, repertorio que han cultivado grandes bajos como Ezio Pinza, que llegó a dedicarse a la comedia musical, Samuel Ramey y barítonos como Bryn Terfel. También probó fortuna en el jazz, junto a la cantante Laura Simó, bautismo que tuvo lugar hace tres años también en Luz de Gas, donde el lunes ha dado un paso más, emulando a sus admirados Tony Bennet, Frank Sinatra y Joe Williams, que triunfó con la fabulosa orquesta de Count Basie.

El abanico de estilos fue amplio, desde la canción francesa de Charles Trenet —dedicó una canción de Alfonso Vilallonga, de irresitible encanto francés, a las víctimas de la masacre de París—, a la canción italiana; no faltaron clásicos como Tu vuoi fare l´americano, de Renato Carosone, y temas populares rusos como Noches de Moscú y Ojos negros. Y en ese variado menú, estuvo arropado en todo momento por un sólido quinteto integrado por Filippo Fanó (piano), Bernart Hernández (contrabajo), Josema Martin (batería), Jaume Peña (trompeta) y Gabriel Amargant (saxos y clarinete).

Como showman se disfrazó, habló mucho y presentó, de forma un tanto dispersa, todos y cada uno de los temas, con anécdotas, dedicatorias y pinceladas de humor, algunas muy de andar por casa, que lastraron el ritmo del espectáculo. Pero cantando, Palatchi lució clase y voz en estándares como Sixtenn Tons, de Merle Davis, Don't get around much any more, de Duke Ellington, o el incombustible My way, en el que no pudo reprimir su registro vocal operístico, con el que despertó las mayores ovaciones de un público entregado de antemano.

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