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Un campo minado de amor y desamor

Bárbara Lennie e Israel Elejalde estrenan La clausura del amor, obra clave de la temporada teatral

Rocío García
El director de la obra La clausura del amor, Pascal Rambert y los actores Barbara Lennie e Israel Elejalde en los Teatros del Canal.
El director de la obra La clausura del amor, Pascal Rambert y los actores Barbara Lennie e Israel Elejalde en los Teatros del Canal.Jaime Villanueva

La expectación es máxima. No hay entradas desde hace meses. La clausura del amor,la obra de Pascal Rambert que desde ayer y hasta el próximo domingo representan en los Teatros del Canal Bárbara Lennie e Israel Elejalde, se ha convertido antes de su estreno en uno de los acontecimientos teatrales de la temporada. La expectación es máxima y la presión que sienten los dos actores también. El que parece más tranquilo de todos es el autor de esta obra, escrita en el verano de 2010 en apenas un mes pero pensada años antes, que se ha representado en más de 25 versiones por todo el mundo, de las que él ha dirigido 10. La española es una de ellas. “La versión española hasta hoy es la más fuerte que he visto y se debe a la gran calidad de los intérpretes. La clave, como siempre en el teatro, está en los actores”, dice orgulloso Rambert.

En un espacio en blanco, sin ningún otro elemento, la pareja, también en la vida real, formada por Bárbara Lennie e Israel Elejalde se enfrenta en un campo minado de amor y desamor, una separación teñida de inmenso dolor, todo un combate que tiene mucho de liberador por la esperanza de una nueva vida para dos seres humanos. “Es un puñetazo en el pecho. Es un texto que habla de algo muy reconocible como el amor y la ausencia de él, ese dolor profundo que emana de cada uno de nosotros cuando vemos que todos los planes que hemos creado con la persona a la que amamos desaparecen”, asegura Elejalde. “Es un texto con muchos niveles y sustratos. A veces, las palabras vuelan a sitios más abstractos y a veces son muy concretas. Cada día descubro el texto. Inocente de mí, pensaba que después de una semana en Barcelona ya lo había entendido y me he dado cuenta de que es un texto inabarcable y lo inabarcable tiene que ver con la poesía y el misterio”, añade a su lado Lennie.

Esa mezcla de miedo y liberación que transmiten las palabras del texto se traslada a los propios actores, más allá de la representación. Lo explica Elejalde: “Lo que siente el personaje y lo que siente el actor van unidos y juegan en una misma pieza. Siento un terrible miedo al empezar a hacerla y una enorme liberación cuando lo hago. Eso es lo que sienten los personajes y nosotros mismos. Hay un doble nivel todo el rato. Va unida la experiencia vital del personaje con la experiencia vital que le ocurre en ese momento en presente al actor en cada función”. Tal es la fuerza arrolladora de la obra, que Bárbara Lennie no tiene problemas en asegurar que está ante una función transformadora. “Espero que lo sea también para el espectador”.

Aparentemente La clausura del amor son dos monólogos. Durante la primera parte de las casi dos horas de duración, es el hombre el que primero habla mientras ella, muda, escucha aterrada, para luego ser ella la que se dirige a él. “Amo ir contra la definición general del teatro. Escribir obras para mí es llevar siempre el teatro más lejos, alejarme en lo que se admite como normal”, interviene Lambert, algo que comparte con los intérpretes que se enfrentan con esta obra a algo muy poderoso. “Es una nueva forma de encarar el hecho teatral. Es un terreno desconocido, algo así como estirar los conceptos teatraleS, añade Lennie.

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