La oleada de cierres de la automoción pone en jaque un millar de empleos
CC OO pide a la Generalitat un plan de choque urgente para salvar el tejido productivo
La industria catalana dejó atrás los números rojos en 2013 y permitió que la economía volviera a respirar. La mejora, sin embargo, no puso punto y final a las crisis empresariales. Aun hoy, cuando los índices de producción industrial siguen ascendiendo, se siguen sucediendo anuncios de cierres, reestructuraciones y despidos, en especial en el sector de los componentes de automoción. La industria afronta ahora los casos de Valeo, Autoliv, Schlegel Taliana, CSA Automotive o Solvay. Más de mil empleos están en juego. CC OO reclama un plan de choque urgente para salvar el deterioro del tejido productivo, mientras que los alcaldes del Baix Llobregat reclaman a las Administraciones que intervengan en la crisis de Seat.
El escándalo de Volkswagen ha hecho crecer la inquietud entre patronales, sindicatos y Ayuntamientos, que temen que ponga en peligro las inversiones previstas en la planta de Martorell de Seat, de más de 3.300 millones de euros. Ayer, los alcaldes del Baix Llobregat presentaron un manifiesto junto a las patronales y los sindicatos CC OO y UGT en defensa de las inversiones en el sector del automóvil en la comarca e instaron a las Administraciones a tener “una actitud activa” con la crisis de Seat.
Solo con las crisis que hay encima de la mesa hay más de mil puestos de trabajo en juego. Una de las mayores crisis ha sido la de Valeo, que pretende trasladar su producción de la planta de Martorelles (Vallès Oriental) a Zaragoza. Ayer la dirección de la factoría aceptó ante los sindicatos que buscaría alternativas industriales para la planta. Sin embargo, los problemas no se quedan ahí.
Riesgos en Solvay
El centro de Inovyn-Solvay de Martorell también se halla a la espera de que la dirección mundial del grupo decida si invertirá en esa unidad. A pesar de que TV3 dio ayer por hecho el cierre de la fábrica, tanto la dirección como los sindicatos afirmaron que no hay una decisión tomada sobre la llegada de nuevas inversiones.
Antoni Garrell, vicepresidente de la Fundació per la Indústria, asegura que esta crisis se explica por tres circunstancias: el débil crecimiento de la zona euro a pesar de la caída del precio de las materias primas y del petróleo; el empeoramiento de las economías emergentes y, sobre todo, la situación en China. “La incertidumbre global, la huella ecológica o la disponibilidad financiera están suponiendo un replanteamiento de los modelos de producción, que puede pasar por no hacer tiradas tan largas o bien no tener fábricas tan lejos”, explica Garrell.
El hecho de que las decisiones de producción se tomen en Londres, Tokio o Bruselas no ayuda a las fábricas catalanas. A las matrices les cuesta menos cerrar una empresa de otro país que en el propio. “La forma de combatirlo es propiciando que nuestras compañías crezcan, ya sea de forma individual o mediante uniones, para afrontar los mercados internacionales”, añade Garrell.
El secretario general de la Federación de Industria de CC OO, Javier Pacheco, sostiene que los cierres y despidos planteados en los últimos meses se deben a “la reestructuración” que se ha producido en el “mapa del parque de proveedores” de la automoción, lo cual les ha llevado a “tomar decisiones para resituar su estrategia productiva”. “Estas empresas, que tienen un tamaño medio, se concentran en el mismo territorio, con el impacto laboral que suponen sus decisiones”, afirma Pacheco.
El líder de la federación de Industria de CC OO recuerda que el sindicato ya ha pedido al Gobierno catalán que intervenga en esta crisis industrial con un plan de choque que debe ser aplicado de forma urgente. Pacheco critica, además, la falta de política industrial del Ejecutivo. “Anuncian ocho ejes sobre los que actuar pero reducen la inversión un 20%”, lamenta.
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