Detenido el violador del cúter al que se acusa de 9 agresiones sexuales
El joven de 26 años convivía con su prometida en el barrio de Gràcia y siempre atacaba a chicas que rozaban la mayoría de edad
Diego Nicolás tiene 26 años, nació en Uruguay pero con diez años se trasladó con su familia a la capital catalana. Hasta el pasado miércoles vivía en el barrio barcelonés de Gràcia compartiendo hogar con su novia. Llevaban cerca de una década de relación, Diego Nicolás tenía un buen trabajo siempre de cara al público y habían hecho planes de boda. El pasado miércoles los Mossos d’Esquadra le detuvieron y tras cotejar su ADN no tienen ninguna duda en asegurar que el joven es un violador en serie que ha mantenido en jaque a la policía autonómica desde agosto de 2013. Le acusan de, al menos, nueve violaciones y fue descubierto gracias a que utilizaba una camiseta con estampados de una serie manga de dibujos animados (Campeones-Oliver y Benji). Los Mossos d’Esquadra dan por cerrado un caso que periodísticamente se bautizó como El violador del cúter. El jefe del Area de Investigación Criminal de Barcelona, Pere Guillén, no duda en afirmar que la prometida de este “violador en serie” no sabía nada, “es una víctima más” de Diego Nicolás.
La primera violación perpetrada por el supuesto agresor sexual tuvo lugar en agosto de 2013. El acusado, supuestamente, abordó a una joven y le obligó a que le practicara una felación en un portal. En un principio, los Mossos d’Esquadra trataron la agresión sexual de forma aislada. Interrogaron a la víctima y consiguieron extraer el ADN del agresor. Introdujeron los perfiles genéticos en el sistema informático en el que cotejan entre diferentes policías los archivos de ADN. Se trataba de un joven de raza blanca y, lamentablemente para los agentes, sin antecedentes policiales. La alarma saltó cuando más jóvenes denunciaron agresiones sexuales en las que el violador seguía el mismo patrón delincuencial y el ADN correspondía siempre a la misma persona. Los Mossos convirtieron los barrios donde actuaba el depredador sexual en un verdadero fortín. Pusieron dispositivos en Gràcia, Eixample, Les Corts y Horta Guinardó. El día 17 de enero de 2014 perpetra una violación. “Estábamos muy cerca pero no pudimos evitarlo”, lamenta Guillén. “Habíamos interrogado a 500 jóvenes similares a las descripciones de las víctimas y siempre obteníamos un resultado negativo”, lamenta el jefe del Area de Investigación Criminal de Barcelona.
Fue por aquellas fechas cuando los medios de comunicación publicaron una imagen, supuestamente, del violador del cúter. Era una imagen que había sido obtenida por una cámara de videovigilancia. El agresor cayó en la cuenta de que había sido identificado y cesó su actividad. “Sabíamos que volvería a actuar pero pensamos o que se había ido, o que había ingresado en un centro psiquiátrico o que había cambiado su aspecto para no ser identificado”, asegura el agente.
El mosso estaba en lo cierto y a mediados del pasado mes de septiembre lo volvió a hacer. Una joven denunció una violación en el barrio de les Corts. El modus operandi era idéntico, sobre las ocho de la tarde, la víctima era o menor de edad o casi y fue abordada rápidamente por el agresor que la arrastró a un portal. El ADN coincidía con el del violador del cúter pero ahora el agresor mostraba barba larga y gafas de pasta. Los agentes volvieron a la carga y obtuvieron una imagen del agresor en otra cámara de vigilancia. En esta se le veía con su nuevo look y una camiseta roja estampada con una escena de los futbolistas Manga Oliver y Benji. Una prenda de vestir que no se encuentra cada día.
El pasado 13 de octubre a las 20:30 dos agentes identificaron por la calle a Diego Nicolas. Estaba en el Eixample, había dejado el coche aparcado y con el móvil en la guantera. Tras la identificación observaron que tenía una fístula en un codo, herida que también había sido captada por la cámara de seguridad.
Al día siguiente le detuvieron en su domicilio, allí encontraron la camisera de Oliver y Benji. Se negó a declarar ante los Mossos d’Esquadra. Tampoco declaró ante el juez que decretó su ingreso en prisión.
Hay restos de ADN en cuatro de sus víctimas pero los agentes aseguran que podría ser el autor de al menos nueve violaciones. El violador de cúter utilizó este arma cortante en sólo dos ocasiones, en otras dos utilizó una navaja y en el resto de violaciones intimidó a las jóvenes, que sólo rozaban la mayoría de edad.
Los mossos ya han cazado al depredador sexual pero tienen extremo cuidado. Ahora temen porque no aparezca la fotografía de Diego Nicolas con barba y gafas de pasta en los medios de comunicación. “Si aparecen podrían anularse las ruedas de reconocimiento que deben hacer las agredidas”, aseguran.
Diego Nicolás llevaba una doble vida y tal y como ha remarcado varias veces el jefe del Area de Investigación Criminal de Barcelona, Pere Guillén, “su futura esposa es una víctima más”.
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