El tanatorio se queda pequeño para despedir a Jordi Miralles
Unas 600 personas acuden al entierro laico del exlíder de EUiA y teniente de alcalde de Castelldefels
Unas 600 personas han acudido este viernes al funeral laico del teniente de alcalde de Castelldefels (Barcelona) y exlíder de EUiA Jordi Miralles, y han estado representados los partidos catalanes, además del Gobierno catalán, el Ayuntamiento de Castelldefels y el expresidente de la Generalitat José Montilla.
Un centenar de los 600 asistentes no han cabido en la sala del tanatorio barcelonés de Les Corts que ha reunido a familiares, amigos y políticos del exdiputado del Parlament, fallecido el miércoles a los 53 años.
Además de compañeros de ICV-EUiA y ediles de Castelldefels, la ceremonia ha congregado a políticos de otras formaciones y representantes de instituciones, como el consejero de Salud, Boi Ruiz, y los miembros de la Mesa del Parlament Anna Simó (ERC) y Lluís Corominas (CDC).
También han acudido la alcaldesa de Castelldefels, Candela López (Movem Castelldefels), de la misma coalición que Miralles, así como el exalcalde Manuel Reyes (PP), que ahora es concejal, y le han acompañado otros dos concejales populares; También ha asistido el miembro de la CUP David Fernández.
En declaraciones a la salida del acto --que ha durado más de una hora--, el líder del PSC, Miquel Iceta; el senador y expresidente de José Montilla, y el colíder de ICV Joan Herrera han coincidido en afirmar que pierden "a un amigo" que luchó por la unidad de la izquierda.
El actual coordinador general de EUiA, Joan Josep Nuet, ha recordado a su antecesor como un "revolucionario puntal de las izquierdas catalanas" y ha elogiado su tarea de unión de las izquierdas, que facilitó la constitución de los gobiernos tripartitos de Pasqual Maragall y de Montilla.
En el mismo sentido se ha expresado el número uno de Catalunya sí que es pot, Lluís Rabell, que ha asegurado que la política echará de menos a Miralles en un momento tan peculiar de la historia de Catalunya.
Herrera ha destacado que Miralles trabajó como cartero para pagarse su carrera universitaria y que años después, ya tras dejar su escaño en el Parlament, recuperó su antiguo empleo, "y en los ratos libres construía una alternativa política en su ciudad".
"Es un ejemplo de la buena política; no sé si nueva o vieja, pero sí la mejor", ha añadido.
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