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Swab, más democrática y asequible

La feria barcelonesa reúne 65 galerías de 22 países y demuestra que hay arte para todos los bolsillos

'Spring Festival', de Liu Jianan, una fotografía de gran formato que puede verse en la feria Swab.
'Spring Festival', de Liu Jianan, una fotografía de gran formato que puede verse en la feria Swab.

El Palomar vende una serie de camisetas realizadas por artistas en edición limitada de 10 ejemplares por 30 euros la pieza y Arts Coming exhibe múltiplos de diversos creadores, entre los que destacan unas litografías de Nuria Güell por 70 euros. Ambas galerías forman parte de Swab Seed, la sección más alternativa de la feria Swab, que se celebra hasta el domingo en el Pabellón Italiano de Montjuïc. Comisariada por David Armengol, Swab Seed reúne ocho propuestas de nuevos formatos mercantiles, que se sitúan entre la galería y el centro de arte independiente, como la itinerante Me & the Curiosity, que busca un espacio idóneo para cada proyecto o La Encantada, que recibe previa cita en un diminuto espacio de los Encants Nous.

Nacida como un evento de corte elitista, dedicado al arte más puntero y emergente, Swab ha ido evolucionando hacia un formato que, sin renunciar a la contemporaneidad más estricta, se ha vuelto cada edición más democrático y asequible. “No ha sido una decisión, pero resulta evidente que las galerías prefieren presentar obras más acordes a estos tiempos. La gran mayoría de piezas oscila entre 500 y 3.000 euros, aunque también hay un núcleo importante entre 10 y 15.000”, explica el arquitecto y coleccionista Joaquín Díez Cascón, creador de la feria, destacando como excepción la galería húngara Kalman Maklary que exhibe una pintura de 320.000 euros.

La estrategia de Swab funciona. “El año pasado, el 78% de los participantes vendió obras”, apunta Díez Cascón y pese a los coletazos de la crisis, la tónica parece ser la misma. Ya durante el montaje JPS de Hong Kong había vendido un logo de Chanel, que a corta distancia resulta ser un collage de cucarachas por 16.000 euros.

La invasión de la publicidad en nuestro panorama visual se refleja en las obras de numerosos artistas, que la utilizan como punto de partida para reinterpretaciones irónicas y políticas a la vez. Es el caso del holandés Perishable Rush (3 Punts) que expone los retratos de Warhol, Basquiat y Haring realizados sobre madera con impresiones de logotipos publicitarios intervenidos, a partir de 900 euros. Es el mismo precio de unas pinturas acrílicas de Carlos González que juegan con el logo de Disney en 3K Art, una galería con sede en Internet, que con la mexicana Tiro al Blanco y Tigomigo de Terrassa, forma parte de la sección MYFAF (MY First Art Fair), reservadas a las que no han participado nunca en una feria y por eso son invitadas a cargo de la organización.

Nuevas participantes

En su 8ª edición Swab reúne 65 galerías de 22 países, repartidas entre el programa general y siete secciones comisariadas y por primera vez el porcentaje de firmas nacionales ha tocado el techo preestablecido. “Hemos llegado al 40%, lo máximo que decidimos aceptar, debido a Swab Seed y Drawings Applications, el área de dibujo, reservada a las españolas”, indica Díez Cascón, que espera llegar a los 20.000 visitantes. Esta atractiva sección expone diversas obras inéditas, como un trabajo sobre las mujeres olvidadas de la Bauhaus de Gonzalo Elvira (Sicart) o un libro de poemas sefardíes convertidos en dibujos gracias a un código gráfico inventado por Laura González (Ángeles Baños).

La tecnología llega con Pantocrator de Shanghái, que vuelve por cuarto año con nuevos formatos audiovisuales como unas pinturas dinámicas hechas con láser. Entre las nuevas participantes, destacan las latinoamericanas de Solo Swab con presentaciones individuales como el cubano Yornel Martínez y el mexicano Arturo Hernández y la italiana Portanova12 con un interesante proyecto de investigación fotográfica de Gigi Piana sobre la identidad y la caída de las fronteras entre géneros.

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