El IBI de las viviendas bajará un 7% el año que viene en la capital
Las oficinas y comercios con mayor valor catastral tendrán que pagar un 10% más para compensar la menor recaudación municipal
El Ayuntamiento de Madrid aprobará en octubre una bajada del 7% en el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) para todas las viviendas y la mayoría de locales, oficinas y comercios. Esa bajada, aceptada con resignación por el gobierno minoritario de Ahora Madrid tras su imposición en julio por el resto de partidos (PP, PSOE y Ciudadanos), será sancionada con igual resignación el mes que viene por los socialistas, que ambicionaban un recorte mayor pero no harán previsiblemente causa de ello. En el bolsillo del ciudadano, esa bajada del 7% del IBI se traducirá en 25 euros en el recibo medio (350 euros).
El edil de Hacienda, Carlos Sánchez Mato, anunció ayer una bajada del IBI del 7% para todas las viviendas de la capital (1.448.765 recibos) y para la mayoría de inmuebles de uso no residencial.
12 millones de ahorro en alquileres
Desde su llegada al gobierno municipal en junio, Ahora Madrid ha rescindido siete contratos de alquiler “que no resultaban rentables ni favorecían los intereses generales de la ciudadanía”, y hará lo propio con otros ocho antes de que acabe el año para ahorrar en total 12,7 millones de euros.
Se trata de “arrendamientos prescindibles si se emplean de manera más eficiente las dotaciones municipales”, según el concejal de Hacienda, Carlos Sánchez Mato, que profundiza así en la senda iniciada por su predecesora, Ana Botella (PP).
De hecho, la mayor parte del ahorro proviene de decisiones tomadas por Botella en 2014: trasladar una sede policial a la nueva ciudad de la Seguridad que se está construyendo en los recintos feriales de la Casa de Campo (4,4 millones de ahorro); y la sede del área de Derechos Sociales desde la calle de Ortega y Gasset a un edificio municipal en el paseo de la Chopera (3,3 millones).
El otro gran ahorro (2,3 millones) proviene del traslado del organismo Madrid Salud —este sí, ordenado por Carmena— desde la calle de Juan Esplandiú hasta un edificio en la avenida del Mediterráneo.
Subirá sin embargo un 10% para aquellos inmuebles de uso no residencial “de mayor valor catastral”. La barrera la define el Ayuntamiento: en el caso de los edificios singulares, la subida afectará a los que tienen un valor catastral superior a 35 millones de euros (que son alrededor de 30 en todo Madrid); en los comercios, a los de más de 860.000 euros (unos 3.000 sobre más de 97.000); en los inmuebles de uso deportivo, a los de más de 20 millones de euros (cerca de 30); en las oficinas, a las de más de 2 millones de euros (1.760 sobre casi 32.000).
Con estas subidas quirúrgicas a los inmuebles de uso no residencial con mayor valor catastral se compensará prácticamente la bajada del IBI al resto de la ciudad.
El IBI es la principal fuente de ingresos del Ayuntamiento, por lo que cualquier cambio afecta profundamente a su capacidad para prestar servicios públicos: supone 1.279 millones de los 4.388 millones que ingresarán las arcas municipales este año (casi uno de cada tres euros). Los cambios propuestos por Ahora Madrid solo reducirán esa recaudación un 3,7%.
Una nueva tasa
Esa caída de ingresos (49 millones) se compensará fundamentalmente con la creación de una nueva tasa que pagarán sólo las empresas que más residuos generan. El resto de impuestos municipales no variarán en 2016, aunque se producirá una bajada aún por determinar en los precios de algunos servicios (polideportivos, escuelas infantiles, etcétera).
El recibo medio del IBI en la capital ronda los 350 euros, por lo que una bajada del 7% ahorrará 25 euros. El PSOE propuso durante la campaña electoral del pasado mes de mayo no bajar sino congelar el IBI en 2016, pero el pasado mes de julio forzó a Ahora Madrid a rebajarlo. No fijó la cuantía de ese recorte para no ocasionar una batalla política muy delicada (sostiene con sus votos a la alcaldesa, Manuela Carmena), pero sí sugirió llevarlo al límite: 100 euros para el recibo medio. Coincidió en ello con PP y Ciudadanos.
Para lograrlo, en el caso de las viviendas, eso habría obligado a rebajar el tipo impositivo del 0,548% al 0,4%, el mínimo legal.
El PSOE mostró ayer su descontento, pero no por la magnitud de la bajada sino porque no afecte a todos (y, en especial, mencionó a las grandes superficies). Para evitar la subida a los inmuebles de uso no residencial de mayor valor catastral, los socialistas apostaban por subir en su lugar otros impuestos locales. El PP, en cambio, exigió una rebaja para todos sin compensación alguna en la caída de ingresos. La anterior alcaldesa, Ana Botella (PP), pese a no concurrir a las elecciones, prometió para 2016 una rebaja de 78 euros en el recibo medio. El edil de Hacienda, Carlos Sánchez Mato, señaló ayer que una medida así obligaría a recortar un 17% el gasto en servicios públicos debido a la caída de los ingresos.
La rebaja propuesta por Botella, pese a su contundencia (se acerca mucho a los 100 euros que piden ahora el PP, el PSOE y Ciudadanos, y que rozan el máximo legal), sólo retrotraería el IBI hasta su valor de 2011. Es decir, después de esa bajada, el contribuyente pagaría lo mismo que hace cuatro años. Desde entonces, el IBI se ha disparado debido a la revisión de los valores catastrales impulsada por el exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón. Esa medida se tradujo en una subida anual del 5,7% desde 2012, que seguirá hasta 2021, hasta acumular un alza total del 74%.
El nuevo gobierno municipal podrá revisar de nuevo los valores catastrales a partir de 2017, lo que mitigará al menos parcialmente esa subida. Entretanto, la única forma de amortiguarla es bajando los tipos, como ha hecho Ahora Madrid y como hizo el año pasado Botella (congeló el recibo). Cuando Gallardón llegó a alcaldía, el IBI recaudaba 408 millones (en el año 2004). Ahora son 1.279 (un 227% más), pero no sólo por la subida de tipos y valores catastrales, sino también porque hay más viviendas que pagan.
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