Dani Mateo celebra diez años de humor desencadenado
El cómico presenta en el teatro Cofidís un 'show' en el que repasa su trayectoria
Diez años dan para mucho. Dani Mateo ha hecho de cómico, de presentador de radio, de monologuista y de escritor, aunque él se define como "un hombre que trabaja duro para no trabajar de verdad". En esa década también ha practicado especialmente el trabajo de ser imbécil. Su trayectoria ha ido casi paralela a la del actor y cantante Jimmy Barnatán, quien lo acompañará este viernes poniéndole la música en directo a la celebración de toda una década de trayectoria profesional del humorista.
La cita será este viernes 11 de septiembre en el madrileño teatro Cofidís, en el show Dani Mateo Desencadenado. El monólogo "junta nuestras dos imbecilidades, pero somos nosotros mismos. Aunque nos hayan dicho desde pequeños que es lo que no hay que hacer". Mateo defiende una cualidad que socialmente está concebida como negativa. "Desde que nos hemos puesto serios en este país nos hemos vuelto más imbéciles". Mateo es tajante: "España no es seria, y nosotros somos muy buenos en ser imbéciles. En esencia la vida no es seria".
Y tal como se toma la vida, con humor y desenfado, se toma este espectáculo que dirige, interpreta y produce. "Yo subo al escenario y ofrezco lo mejor de mí mismo". Encima de las tablas hablará de su trabajo, pero también de todo tipo de asuntos, como describe en la web de presentación de su espectáculo: la vida, la muerte, el sexo, el porno (no confundir con el sexo), el amor (no confundir con el sexo), la vida en pareja (no confundir con el sexo ni con el amor), las mascotas, Dios o la madre que lo parió. "El púbico puede ir las veces que quiera que nunca va a escuchar las mismas chorradas", bromea.
Actualmente divierte a los espectadores de El Intermedio en La Sexta y a los oyentes de Yu No te piedas nada en Los 40 Principales. Eso es solo lo que se ve ahora, pero al hablar de su extensa y exitosa trayectoria huye de las solemnindad recurriendo a la broma. "He cambiado para mejor, o eso me dicen. Y mira que era difícil, porque la gente decía que era gilipollas". Pero su nada desdeñable legión de fans y admiradores no opinan lo mismo, y él sabe que en el público habrá quién lo haya visto anteriormente en cualquiera de sus monólogos. "Cuando los veo, me entran ganas de bajar del escenario y darles un abrazo".
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