Los trabajadores de Inovyn protestan contra la sanción de Industria
La Administración central rita subvenciones por 50 millones de euros
Más de 300 trabajadores de la química Inovyn han protestado este martes frente a la Subdelegación del Gobierno en Barcelona contra la sanción que el Ministerio de Industria impuso a la empresa, que le supondrá perder 50 millones de euros en ayudas públicas. Los empleados piden una mesa de diálogo en la que participen el ministerio y la dirección de la firma, que la semana pasada anunció que "revisaría urgentemente" los "planes de futuro de la fábrica", tras ser penalizada por incumplir las condiciones de interrumpibilidad energética.
Los gritos de "Con Inovyn, no se juega" se han alternado con fuertes pitidos durante media hora en el cruce de la calle de Mallorca con la de Roger de Llúria. Los trabajadores han esperado detrás de una pancarta que rezaba Inovyn en lucha que el comité de empresa entregara a delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna, un manifiesto en el que expresan su "absoluto rechazo y condena por la falta de coherencia en la aplicación de la ley". La planta de Inovyn en Martorelles, que hasta el 1 de julio pertenecía a la belga Solvay, ha sido excluida este año de la subasta de interrumpibilidad y tampoco podrá participar en 2016. Este procedimiento permite a la gran industria optar a compensaciones economicas a cambio de rebajar o suspender su consumo de energía eléctrica cuando Red Eléctrica de España se lo pida.
La planta ha sido sancionada porque un proveedor no realizó las maniobras correctas durante tres pruebas. Es por eso que el comité de empresa considera injusto que se penalice a Insolvyn por el error de otra compañía. "No entendemos como una cuestión meramente administrativa haya derivado en esta situación, sin que de su gestión se haya derivado perjuicio alguno", recoge el manifiesto en referencia a que los fallos se cometieron durante simulaciones y no verdaderas situaciónes de crisis energética.
El presidente del comité de empresa, Jordi Calvo, ha descartado que la advertencia sobre la continuidad de la fábrica sea un chantaje de la dirección de Inovyn para poder acceder a las compensaciones de Industria: "La crisis ha afectado mucho a la planta. Hemos conseguido pasar cada año arañando para no perder ningún puesto de trabajo, Contábamos con esos 50 millones para invertir en las instalaciones y pasar de la electrólisis de mercurio a la tecnología de membrana. Si no lo hacemos, la planta no podrá seguir funcionando".
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