La juez deja sin efecto la detención de la madre del bebé muerto en Santiago

La magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago, Ana López Suevos, ha emitido un auto en el que deja sin efecto la detención de la madre del bebé muerto el pasado lunes en un hotel de Santiago a la espera de que su estado de salud le permita declarar.

Según han confirmado a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), la jueza emitió este jueves el auto que deja en libertad a la madre al haber transcurrido 72 horas desde su detención y dado que todavía no está "en circunstancias de pasar a disposición judicial".

La mujer, a la que se le imputa el homicidio de su hija de seis meses, permanece ingresada en la unidad de agudos de psiquiatría del Hospital Gil Casares, en Santiago, desde el lunes, tras la muerte de la menor. Fue trasladada por una ambulancia al centro hospitalario en estado de shock y alegando que no recordaba lo sucedido en la habitación del hotel en la que murió su hija.

Desde ese día, la jueza instructora espera poder tomar declaración a la mujer, pero su estado psiquiátrico lo ha impedido, por lo que, pasado el tiempo máximo de detención, esta medida se ha dejado sin efecto hasta que los médicos determinen que puede pasar a disposición judicial. La magistrada también ha instado al hospital a avisar con antelación de la posibilidad de que la mujer reciba el alta, para tomar las medidas oportunas de cara a su detención.

Fuentes de la investigación han confirmado a Europa Press que, a pesar de la puesta en libertad de la mujer --de la que existen "indicios de importancia" sobre su participación en la muerte del bebé--, la investigación "sigue en marcha" con otros informes relacionados con la muerte mientras la madre de la niña recupera las "condiciones necesarias" para prestar declaración.

La muerte de la niña se produjo en la tarde del pasado lunes, cuando la menor se encontraba sola con su madre en la habituación de un hotel de Santiago, al que había acudido junto a su pareja para participar en un congreso gnóstico. El padre, que había discutido con la mujer, se encontraba en ese momento en la Catedral de Santiago. Según confirmó la autopsia, realizada por el Imelga, la niña murió de forma "no accidental" a causa de una "asfixia mecánica".