Ilusiones y retos
Hoy son los edificios los que denuncian las consecuencias de un modelo de ciudad orientado a la especulación.
No es casualidad, es un síntoma. El derrumbe de dos edificios durante el mes de agosto en Madrid es una alarma que nos alerta sobre la degradación de nuestra ciudad tras más de dos décadas de gobierno de la derecha. El año pasado eran los árboles y la caída de sus ramas los que nos alertaban sobre la desidia que marcó 26 años de mandato del PP. Hoy son los edificios los que denuncian las consecuencias de un modelo de ciudad orientado a la especulación.
Desgraciadamente, el Partido Popular ha entendido siempre Madrid como un espacio de negocio, que no debía tener ninguna regulación ni control; solo atento a procurar buenos beneficios para grandes corporaciones, dejando de lado a las personas. El precio de estas políticas lo pagaron todos los vecinos y vecinas de Madrid, que vieron cómo se degradaban a marchas forzadas unos servicios públicos vitales para su integración social, su calidad de vida, su salud y sus posibilidades de volver a encontrar un trabajo digno y con derechos.
Además, este capitalismo de casino influyó negativamente en la cantidad y calidad del empleo creado en nuestra ciudad, detrajo la llegada de inversiones realmente productivas y paralizó la actividad emprendedora. Pero ahora tenemos una oportunidad histórica para corregir la deriva ineficaz e insolidaria que caracterizó el fin de ciclo del PP. Es el momento de trabajar con valentía y coraje para transformar Madrid.
A corto plazo, existen retos a los que el Ayuntamiento debe dar respuesta de manera perentoria, sin olvidarnos de que hay que emprender reformas de mayor calado y que, por tanto, reclaman más tiempo para diseñarse e implantarse. En septiembre comienza el curso escolar: las becas de comedor, las ayudas para libros y transporte escolar deben crecer y ser accesibles para toda unidad familiar que lo precise.
Tampoco podemos permanecer impasibles ante las evidentes carencias en seguridad que aquejan a algunos barrios. Abordar la limpieza de Madrid es también tarea urgente, como tampoco admite espera la creación de una oficina contra la discriminación y los delitos de odio. Este verano negro en cuanto a víctimas de la violencia machista también hace perentorio un gran pacto local contra esa lacra.
A medio plazo, los próximos presupuestos del Ayuntamiento deberán caracterizarse por un incremento notable del gasto social, partida diezmada en los últimos ejercicios del PP. Los socialistas impulsaremos un cambio en el modelo de gestión municipal, apoyando la desconcentración y la cercanía con los vecinos y vecinas, apostando por juntas de distrito con más competencias y más presupuesto, implicando al tejido social de la ciudad en la identificación de los problemas y la gestión de las soluciones.
Pelearemos por otro gran cambio, el que debe garantizar la limpieza de la institución municipal. Ni la corrupción ni el amiguismo tienen cabida en nuestro proyecto para Madrid, por eso impulsaremos propuestas concretas: desde la puesta en marcha de la oficina antifraude hasta un código ético que traslade a la sociedad madrileña el compromiso de todos y cada uno de los representantes públicos con la transparencia y el buen gobierno.
Y finalmente, desde nuestro grupo municipal presentaremos iniciativas que estimulen un cambio de modelo productivo para Madrid, apostando por el emprendimiento, por las tecnologías limpias, por un crecimiento económico cuya competitividad descanse en la inversión y la innovación y no en el recorte de sueldos y derechos. Es preciso un ambicioso programa de rehabilitación de viviendas que sanee un parque inmobiliario envejecido y no siempre bien atendido.
Este es el reto que abordaremos desde el grupo socialista en los próximos meses; un proyecto en el que invitamos a participar al conjunto de las fuerzas políticas, económicas, sociales y culturales. Madrid no se merece menos.
Purificación Causapié es portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid.
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