Ràfols-Casamada, ahora en internet
Objetos en la Red y la falta de piezas notables del pintor y poeta hace temer que su biblioteca llevaba ya días en los Encants
“Pintor-poeta Albert Ràfols-Casamada. Cuaderno manuscrito original de poesías, litografía y fotografías. Realmente una gran oportunidad!!!! Únicos artículos en el mundo e irrepetibles!”, reza la página de internet en la que se subasta todo eso y el libro Àlbum Ràfols-Casamada de 1994 en un pack. El precio de salida es de 1.500 euros y la puja termina el sábado. No hay duda de que es material surgido del piso de alquiler que el pintor y su esposa Maria Girona, fallecida hace cinco meses, tenían en la calle República Argentina de Barcelona y que las sobrinas de esta última, María y Marga Fuchs Girona, herederas del legado, se deshicieron al vaciarlo. El material, desde cartas a pequeños lienzos, pasando por libros y fotos, pertenecía la biblioteca de Ràfols-Casamada y apareció por sorpresa en el mercadillo dels Encants el pasado viernes. Lo delata una fotografía particular del pintor que forma parte de una serie de la que se veían el sábado otras instantáneas en la parada.
La oferta en internet es la punta del iceberg de un temor: amén de lo que puedan hallar hoy los técnicos de la Biblioteca de Cataluña (BC) —que examinarán en los Encants los dos lotes que el sábado logró la directora del centro, Eugènia Serra, que no se pusieran aún a la venta—, mucho material, seguramente el más valioso tanto en lo económico como en lo literario y pictórico, ya se habría vendido o esparcido entre coleccionistas y particulares días antes desde el mismo mercadillo.
“Claro que hay mucho más de lo que ha aparecido y aparecerá; en ese piso no se podía pasar de cosas que había hasta en los pasillos: libros, acuarelas, dibujos; el problema es saber dónde ésta o quién lo ha comprado; si no ha ido a la basura...”, expone y lamenta Antoni Pons, patrono de la Fundación Ràfols-Casamada, en Capellades. Pons ha detectado un incremento de objetos del pintor y poeta y su mujer en internet “con precios 10 veces superiores hasta hace nada: ese lote del cuaderno se vendía fijo a 2.500 euros y ahora está a subasta”. Y constata algo peor: eso saltó a la Red “cuatro o cinco días antes de lo de los Encants”.
Hay subastas de libros, obras y objetos suyos y los precios se multiplican por 10”, dicen desde la fundación del artista
“Hace casi 40 años que voy a los Encants, casi todos los viernes; el del 25 de julio no fui, pero me ha dicho gente de ahí que ya se había subastado un lote en el que habría unos 80 lienzos originales de pequeño formato, acuarelas y gouaches, pero no óleos, y que algún particular ya lo había comprado”, relata Enric Palmitjavila. El pasado viernes se encontró por azar con el fondo y, ante los precios desorbitados, decidió acudir el sábado, sobre las nueve de la mañana, “porque iban a bajar y por un tema de conciencia”; y así compró todo un lote, justo media hora antes de que llegara Serra. “Aún no sé lo que hay pero sólo me quedé papel, quizá había alguna libreta; me hice con el lote a bulto, sin mirar, pero nada de cuadros; calculo que me llevé unos 2.000 libros”, afirma.
Palmitjavila, empresario y ex cónsul honorario de Alemania en Andorra, coleccionista (“tengo unos 150.000 libros: por ejemplo, unas 10 ediciones distintas de obras completas de Verdaguer”), está dispuesto a ceder material que pueda interesar a la BC, “siempre que yo lo tenga; compré para no vender y, si acaso, escojo primero”. Y admite que puede que se trate de una biblioteca de trabajo, con mucha edición de poco interés, como, al parecer, valoraron los responsables de la fundación de la escuela de diseño Eina donde impartió el pintor y a la que las sobrinas habrían ofrecido la biblioteca antes de deshacerse de ella.
“A la Fundación Eina sólo se le ofreció una parte”, asegura Pons, algo que le ocurrió a la misma fundación del artista: hace 15 días fue él mismo al piso del pintor a recoger “10 cajas de libros y material que es lo que las sobrinas nos habían dejado para nosotros; no, no pudimos escoger ni mirar, aunque nos ofrecimos a quedarnos cosas”. Dice que no han podido examinarlo pero que apenas es “un 10% de la biblioteca”, según el patrono, que el sábado estuvo en los Encants “haciendo gestiones para reconducir algo que no debía haber pasado; no entiendo como no nos dijeron nada y tampoco por qué Joan Pinyol [quien destapó el tema en internet], que es de Capellades y al que conocemos, no nos avisó en vez de escribir; ahora a todos les interesa Ràfols-Casamada pero todos sabían cómo estaba la cosa y nadie hizo nada”.
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