Romeva, a nado hacia la secesión
El candidato de la lista inpedendentista fue diez años eurodiputado, escribe novelas y es un gran aficionado a la natación
De pequeño, dice, quería ser capitán de barco. Era un gran forofo a los documentales de Jacques Cousteau y quería viajar en el Calypso. Lo que Raül Romeva no se imaginaba entonces es que la nave que le tocaría comandar era la soberanista, cogiendo el timón que todo el mundo otorgaba a Artur Mas, por aguas que se espera que no sean tranquilas. El ex eurodiputado de ICV-EUiA ha sido escogido para encabezar la lista independentista pactada por Convergència y Esquerra. Él es la personificación del perfil social que se quiere dar al proceso independentista. Lo acompañarán las dos mujeres comandantes del proceso: Carme Forcadell, ex presidenta de la Assemblea Nacional de Cataluña (ANC), y Muriel Casals, presidenta de Òmnium Cultural.
Raül Romeva y Rueda (Madrid, 1971) es licenciado en Ciencias Económicas y doctor en Relaciones Internacionales por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). En este campus impartió clases de Relaciones Internacionales del 1994 al 2002, una tarea que compaginó con actividades de activismo social y político de la Unesco de Bosnia y Herzegovina, como investigador sobre paz y desarme en el Centre Unesco de Cataluña (1994-1998), como coordinador de campañas de desarme y prevención de conflictos armados a Intermón Oxfam (1998-1999) y como analista investigador sobre conflictos armados y rehabilitación postbélica en la Escola de Cultura de Pau de la UAB. Actualmente Romeva se dedica a la docencia y a colaborar con diferentes medios de comunicación.
Parece que Romeva trae en la sangre esto de ser la oveja negra política. El primo de su abuelo era Pau Romeva, uno de los fundadores de Unió Democràtica de Cataluña. Él prefirió no convertirse en uno de los herederos del 1931 y optó por la izquierda combativa y se afilió a Iniciativa. Después de años de militancia y de ser la cabeza visible de los ecosocialistas en el Parlamento Europeo durante una década, decidió no seguir la línea del partido en cuanto al proceso independentista y rompió el carné del partido el mes de marzo pasado.
La elección de Romeva como cabeza de lista cumple con los requisitos planteados en el acuerdo entre CDC y ERC: personas implicadas en el proceso que no despierten animadversión, no ligadas a ningún partido y que no hayan participado en la política institucional (Romeva no ha tenido nunca responsabilidades de gobierno). Los partidos ven con buenos ojos su perfil marcadamente independentista, con el valor añadido de la vertiente social, un aspecto que el soberanismo no se cansa de reivindicar, pero que hasta ahora no se ha concretado. Y de paso pretende así rivalizar con la CUP, que se presenta por separado y con un programa más social por bandera. Romeva también es aplaudido por las entidades independentistas, puesto que ha sido, en nombre de Òmnium, uno de los codirectores de la campaña "Ara és l'hora".
La entronización de Romeva, en cambio, supone un cubo de agua fría para los ecosocialistas, una formación que salió en primer lugar en defensa del derecho a decidir, pero que finalmente se descolgó del proceso. ICV apostó por el federalismo durante la Convención Nacional celebrada en febrero en Sabadell; días más tarde, abandonaba el partido por desacuerdo con este posicionamiento.
Vecino de Sant Cugat del Vallès y padre de dos hijos, Romeva ya había mostrado su perfil catalanista en el Parlamento Europeo, donde conoció y comenzó a establecer una buena relación con Oriol Junqueras, con el que coincidió como eurodiputado en la cámara europea. De hecho, en este periodo los dos hicieron piña con otros diputados catalanes como Ramón Tremosa (CiU) y María Badia (PSC) para reclamar que el catalán fuera considerado lengua oficial en las instituciones europeas.
Su experiencia sobre Bosnia, Europa y armamento ha sido plasmada en media docena de ensayos, a pesar de que también se ha atrevido con dos novelas de ficción: Sayonara Sushi (Rosa dels Vents, 2012) y Retorn a Shambhala (Rosa dels Vents, 2013). Romeva se autodefine como un “culo inquieto” –con 44 años ha vivido en 10 ciudades de 4 países diferentes–, pero ahora está arraigado en Sant Cugat, donde se ha apuntado a la 'colla' castellera local, los Gausacs. Gran amante de los deportes acuáticos, especialmente de la natación, que practicó con el horizonte del sueño olímpico, que no arraigó. Ahora la meta es la independencia y la quiniela también se presenta dura, en aguas abiertas y turbulentas .
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