Colau dice que no puede frenar la ordenanza de terrazas de Trias
El Gremio de Restauración pide una moratoria para evitar la retirada de mesas
"La ordenanza es una chapuza y no sirve para dar respuesta a ninguna de las alertas", ni las del gremio de restauradores ni las de los vecinos. Así de explícita ha sido la cuarta teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y concejal de Urbanismo, Janet Sanz, sobre la ordenanza de terrazas que pactaron CiU y PP en el pasado mandato y que tiene en pie de guerra a los restauradores de la ciudad, muchos obligados a retirar mesas, y a parte de la oposición, que les apoya. La número cuatro del gobierno que capitanea la alcaldesa Ada Colau ha asegurado además que no puede tomar ninguna medida de urgencia para parar su aplicación, porque se trata de una ordenanza y no un trámite administrativo, como ocurrió con las licencias hoteleras, que sí se pudieron congelar.
El gremio de restauradores asegura que la mitad de los establecimientos, 2.300, están afectados negativamente de alguna forma por las distancias entre el mobiliario y el espacio público que prevé la ordenanza, y esta mañana ha formalizado la petición de una moratoria o y convocatoria de un pleno extraordinario. "Entendemos la preocupación del sector, lo que no entendemos es cómo hemos llegado aquí", en relación a la revuelta que afrontan sobre una norma que no votaron y que lleva siete meses en vigor.
La responsable de Urbanismo, con todo, ha asegurado que el actual gobierno municipal no puede actuar con urgencia: ante una ordenanza no se pueden decretar moratorias y para modificarla hay que tramitar de nuevo un plan. Con sus reuniones previas con el sector, su redacción, exposición pública, alegaciones, etc. Sí se ha comprometido Sanz en agilizar su tramitación. Por ahora, el ayuntamiento convoca la mesa técnica vinculada a la ordenanza, a la que quiere sumar la FAVB, y revisará los criterios de las partes para impulsar una nueva ordenanza.
El presidente del Gremio de Restauración de Barcelona, Pere Chias, ha registrado por la mañana una petición en el Ayuntamiento que solicita la convocatoria de un pleno extraordinario para modificar la ordenanza de terrazas, que por ahora ha supuesto la imposición de multas a más de mil bares y restaurantes. Otros 844 se han visto obligados a retirar sillas, mesas o macetas en plena temporada de verano.
La concejal Janet Sanz tacha la norma de “chapuza”
La ordenanza fue aprobada por el anterior alcalde de Barcelona, Xavier Trias (CiU) con el apoyo del PP. En enero pasado entró en vigor la primera de las obligaciones que introduce, que se refiere a la distancia entre los elementos ubicados por bares y restaurantes en la calle. Tras un alud de más de 4.300 inspecciones entre enero y mayo, ahora se han traducido en requerimientos y multas a los restauradores, que han puesto el grito en el cielo. Aseguran que 500 establecimientos tendrán que cerrar sus terrazas.
Para visualizar el malestar que origina la ordenanza, el presidente de los restauradores ha acudido al Ayuntamiento acompañado de representantes del área de comercio de PIMEC, del consejo de gremios de comercio, de la Fundación Barcelona Comerç, de varios ejes comerciales.
Desde la oposición, PSC, PP y Ciutadans han mostrado su apoyo a los restauradores, aunque solo Ciutadans da apoyo explícito a forzar un pleno extraordinario. Un pleno que no serviría, asegura Sanz, para frenar la ordenanza. CiU mantiene silencio.
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