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La otra batalla de Ramales

Cuatro establecimientos pugnan por ocupar con sus mesas el mayor espacio posible de la céntrica plaza

La plaza de Ramales tras la reordenación del espacio.
La plaza de Ramales tras la reordenación del espacio. Luis Sevillano

La batalla de Ramales pasó a la historia como un cruento enfrentamiento entre carlistas y liberales en 1839. Los cuerpos de unos 2.000 soldados quedaron sobre el terreno. Pero hay otra batalla de Ramales, la que se está dirimiendo desde hace diez años en la céntrica plaza que conmemora esa contienda. En esta ocasión, sobre el pavimento no quedan los restos de los militares, sino sillas, mesas, toldos y plantas de los cuatro negocios adyacentes a la plaza. Se llaman Café de los Austrias, Toma Jamón, Taberna de Ramales y La Fresca, y se disputan este atractivo espacio para establecer sus mesas.

Si bien la tensión viene de hace una década, en las últimas fechas se ha incrementado porque el encargado de Toma Jamón ha sido llamado a declarar en un juicio de faltas por supuestas amenazas contra el propietario del Café de los Austrias. Tal es el embrollo legal y administrativo entre los cuatro locales que el Departamento de Inspección de Vías Públicas del Ayuntamiento levantó por completo el pasado martes la terraza de Toma Jamón, retiró “mobiliario ilegal” de la Taberna de Ramales y seis mesas del Café de los Austrias, que se negaba a cedérselas a La Fresca. Este último blandía desde el 19 de junio la autorización municipal que le permitía plantar seis mesas (hasta ahora no tenía ninguna), que debían restarse de las 12 que estaban en posesión del Café de los Austrias. Este establecimiento cuenta con otras 10 más en la adyacente calle de la Amnistía.

“Esto no es legal. No pueden retirar una autorización ya concedida”, afirma el dueño del Café de los Austrias y cita la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas. En ella se explica que “las concesiones y autorizaciones de bienes públicos” se extinguen solo en casos extremos como muerte o “desaparición del bien”.

Uno de los dueños de Toma Jamón tampoco está contento: “Nos están arrancando hasta las plantas de las macetas”, decía perplejo el martes mientras veía como bailaban en el aire sus grandes maceteros suspendidos de una grúa municipal. Poco menos de una hora después, nuevas mesas volvían a ocupar el espacio para enfado del propietario del Café de los Austrias.

Vías Públicas había recibido una denuncia "anónima" contra Toma Jamón, porque operaba sin licencia de funcionamiento. La llamada afectaba también a la Taberna de Ramales, ya que este local usaba mamparas de cristal para delimitar su espacio en la plaza.

“Abrimos en 2009 con todos los papeles en regla. Sobre las licencias de actividad y la de funcionamiento nos concedieron la autorización para la terraza. Cuando hicimos la modificación [de bar a restaurante], al ingeniero se le pasó renovar la licencia de funcionamiento”, explica el dueño de Toma Jamón. “Ha sido un error administrativo del que nunca tuvimos conocimiento”, añade. Los servicios técnicos de la Junta Municipal tampoco se habían dado cuenta. Sin embargo, “al hacer una reordenación del espacio y conceder seis mesas a La Fresca, nos hemos dado cuenta que Toma Jamón no había renovado su licencia” asevera un técnico del Consistorio. Hace quince días, Toma Jamón pidió la renovación del permiso: “Tenemos el informe favorable de los técnicos y pagamos desde hace años los impuestos”.

Por su parte, el propietario de la Taberna de Ramales alega que ellos habían pedido el permiso para el uso de las retiradas mamparas de cristal y que “era cuestión de días” que se “firmara la autorización final”. Pero estos argumentos no fueron suficientes para el inspector, que, destornillador en mano, desmontó el mobiliario. “La gente se salta los procedimientos. Los técnicos dan informes favorables, pero estos tienen que estar autorizados. Hasta que esto no suceda, no puede haber nada”, señaló.

La historia de esta disputa se remonta a 2004 cuando el Café de los Austrias abrió en solitario su afamada terraza, a pocos metros del Teatro de la Ópera y del Palacio Real. “Tenía toda la plaza para él. Hasta hacía bodas sobre la plaza”, coinciden los encargados de Toma Jamón y La Taberna de Ramales: “Quiere todo. Llama a la policía para denunciar cualquier cosa, sea un parasol o los ceniceros”.

Hace diez días, la plaza se repartía de la siguiente manera: 22 mesas para el Café de los Austrias (12 sobre la plaza y 10 sobre un tramo de la calle de Amnistía), 14 para el bar Toma Jamón, 21 para La Taberna y ninguna para La Fresca. El martes, tras la retirada del mobiliario, quedó de la siguiente manera: Café de los Austrias, 16: Toma Jamón, ninguna; Taberna de Ramales, 21 y La Fresca, 6. Los planes del Ayuntamiento, no obstante, son dejar a todos los establecimientos con seis mesas, menos al Café de los Austrias, que tendría 16: 6 en la plaza y 10 en la calle de la Amnistía. Pero nadie está de acuerdo.

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