La ola de calor se mantiene hasta mitad de julio según los expertos

“La ola de calor es peligrosa, no solo por los valores absolutos, sino que es ya muy prolongada en el tiempo”, afirma Cayetano Torres, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología AEMET. El fin de semana pasado las temperaturas en Madrid alcanzaron los 41 grados. Este miércoles y jueves hubo un descenso térmico de tres, incluso cuatro grados, pero las previsiones del AEMET hasta mediados de julio son, como dice el meteorólogo, con un leve tono de risa, pero muy en serio, “de un calor que da miedo, tanto como para irse de Madrid”. La Consejería de Sanidad mantiene la alerta de nivel de alto riesgo, el máximo, de tipo 2, y recomienda medidas preventivas en un boletín en su página de internet.

El nivel 2 de la alerta se activa cuando las temperaturas máximas previstas para el día en curso o   los cuatro días siguientes son iguales o superiores a 38,6 grados centígrados, o son iguales o superiores a 36,6 grados durante cuatro días consecutivos. "Desde este viernes y hasta el próximo lunes las temperaturas aumentarán gradualmente de 38 grados a 40-41 y se mantendrán así hasta el lunes 13 de julio", dice Torres.  El delegado de la AEMET explica que la ola de calor no se puede atribuir 100% al cambio climático, sino que se trata en esta ocasión de un “aire caliente que proviene de África, aire recalentado del desierto del Sáhara, que afecta a España, Francia y Reino Unido”. “Lo que vivimos ahora es una nube de calor africana”, comenta Torres.

Aunque cada verano suele haber olas de calor, las temperaturas para esta época del año son “atípicas y están bastante por encima de la climatología y la media máxima para estos meses del año”, resalta Torres. Según explica el experto, la media máxima para finales de junio y comienzos de julio es de 30 grados, este año es de 40 grados.

En el centro de Madrid la sensación de calor va a sobrepasar lo que marca el termómetro. “El peatón está sometido incluso a 50 grados, aunque la temperatura ambiente sea de 40”, dice Torres y aclara: “El asfalto en las calles se recalienta por encima de los 40 grados, esto sumado con los motores de los coches convertirán al centro de Madrid en un horno”. Las noches no serán menos calurosas. Aunque las temperaturas desciendan incluso hasta los 24 grados, como “los edificios se recalientan”, la ola de calor será “potente y persistente en el tiempo”, zanja el experto.