De Betty Boop a Parque Jurásico
Una exposición en la Fundación Canal repasa la centenaria historia de la animación desde sus comienzos artesanales hasta su presente en 3D
Ahora resulta icónica, y hasta ha tenido una secuela en 2010, pero la película Tron (Steven Lisberger, 1982) fue tal fiasco que estuvo a punto de llevar a Disney a la quiebra. Y más paradojas: fue pionera en el uso de técnicas de animación digitales y creó en buena medida el imaginario de lo informático, lo virtual y el videojuego, pero... “Lo que no todo el mundo sabe es que debido a la insuficiencia de la tecnología de la época, buena parte ella fue creada con técnicas analógicas, es decir, a mano”, explica Cristian Ruiz Orfila, director de exposiciones de la Fundación Canal. Tron es uno de los últimos eslabones de la cadena que, en seis secciones, cada una de ella cronológica, hace un repaso por los hitos fundamentales de la animación y sus influencias en el cine o el arte contemporáneo llamada Watch me move.
En la sección Apariciones se relatan los inicios de la animación, cuando pasó de ser una cuestión de estudio científico “hasta que se descubrió su gran potencial se entretenimiento”, según Ruiz Orfila. Se dan cita aquí pioneros del cine como los hermanos Lumiére o George Méliès que vieron ponerse en marcha la imágenes y que a pesar de lo rudimentario de la técnica (basada sobre todo en el fotograma a fotograma) todavía sorprende a día de hoy.
Lo del potencial de entretenimiento se hizo patente con la creación de una miríada de personajes que trufan la historia de la animación y son indisociables a ella. “Para llegar a las masas, la animación necesitó de personajes con nombre y rostro; que el público pudiese conocerlos a fondo, identificarse con ellos y seguirlos”, dice del director. Los ejemplos son múltiples: de Betty Boop y Mickey Mouse a South Park o Los Simpsons, pasando por Los Picapiedra, el Pato Donald, Bugs Bunny o Tom y Jerry.
“Tras la segunda Guerra Mundial se vivió una obsesión por la seguridad que dio como fruto a los superhéroes que, bajo la misma premisa, se desarrollaron en uno de los países vencedores, Estados Unidos, y en uno de los perdedores, Japón, con resultados muy diferentes”. Son los tiempos de las creaciones de universos como Marvel y DC a un lado del Pacífico.
Tal vez la parte más artística de la muestra es la llamada Fábulas y fragmentos, en la que se da cuenta de cómo la animación fue fundamental para narraciones más profundas como las de los mitos, las leyendas, las narraciones orales. Vemos aquí obras de Jan Svankmajer, Ray Harryhausen, Tim Burton, Hayao Miyazaki o Jiri Barta.
“Hay que acabar con el tópico de que la animación es un producto infantil”, recalca Ruiz Orfila. “En esta exposición los más jóvenes podrán conocer de dónde viene la animación que ven en la actualidad y los adultos podrán asomarse a la historia, reconocerla, y vislumbrar las tendencias que se despliegan hacia el futuro”.
Watch me move. Un viaje por la animación: Fundación Canal (Mateo Inurria, 2) Laborables y festivos: De 11:00 a 20: 00. Miércoles: De 11:00 a 15: 00. Hasta el 23 de agosto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.