Se parte en dos un puente de la carretera de Villalba a El Escorial
La Comunidad atribuye el desplome de la estructura al paso de un camión demasiado pesado
La carretera M-527, que comunica Villalba con El Escorial, permanece cerrada desde el 28 de mayo. A las 20.00 de ese día, el puente sobre el río Guadarrama se derrumbó. Una hora antes, Miguel Ángel de la Fuente lo había cruzado: “El coche dio un bote y me asusté. El asfalto se había partido, literalmente, por la mitad”. La Dirección General de Carreteras de la Comunidad, responsable de la vía, sospecha que un camión demasiado pesado fue el responsable del desplome. Aunque el puente estaba en uso, no hubo víctimas. Desde su hundimiento, la Comunidad de Madrid mantiene cortado el tráfico de la vía.
Aunque el puente estaba en uso, no hubo víctimas.
Primero la carretera se resquebrajó. “Cuando pasé había un badén de unos cuarenta centímetros”, cuenta Miguel Ángel de la Fuente, de 31 años, vecino de Collado Villalba. “Me di cuenta porque el coche dio un bote y me asusté. El asfalto se había partido, literalmente, por la mitad”, añade De la Fuente, que tras el susto llamó al 112: fue el primero en avisar. Menos de una hora después, en torno a las ocho de la tarde del jueves, 28 de mayo, el puente de la M-527, a su paso por el río Guadarrama, se partió por la mitad y se hundió.
No era la primera vez que De la Fuente cruzaba el puente; unas horas antes, sobre las cinco de la tarde, ya había pasado por ese lugar. “Todo estaba normal”, recuerda. “Es una carretera bastante transitada porque es la manera más rápida de ir de Villalba a El Escorial”, explica el hombre que, en su segundo viaje, se percató del peligro y llamó al 112. “¿Cuánta gente circula por ahí cada día?”, se pregunta De la Fuente.
Cristina Ortega estuvo en la zona el día anterior al derrumbe. “Desde el cauce del río se observaba que el puente se había agrietado”, cuenta. Menos de 24 horas después, el puente se había hundido.
“Al parecer había pasado por allí un camión demasiado pesado”, explican desde la Dirección General de Carreteras. Aunque la vía M-527 no es el único camino para llegar de Villalba a El Escorial, sí que es el más corto; por la Nacional VI hay que recorrer unos cinco kilómetros más. “Es un poco extraño que el puente se caiga por el peso”, dice De la Fuente. “Por ahí circulan camiones a menudo”, agrega.
A unos 500 metros se están realizando obras para construir un nuevo polígono
Además de un restaurante —Miravalles, especializado en celebraciones— y una depuradora del Canal de Isabel II, en esa zona tiene sede la empresa Guadarrama Camiones. Por otro lado, a unos 500 metros del puente se están realizando obras para construir un nuevo polígono industrial. Últimamente, el tránsito de vehículos pesados ha sido intenso en la zona. De ahí que desde la Dirección General de Carreteras sospechen que un camión fuese el origen del colapso.
“No me pilló de milagro”
“No se trata de una vía estructural, por lo que cortar el paso no provoca graves molestias a la ciudadanía”, explican desde el organismo. “No podemos establecer el tiempo que tardaremos en arreglarlo hasta que tengamos el proyecto de obra”, añaden.
“De milagro no me pilló en medio”, dice De la Fuente al recordar que cruzó dos veces la estructura el día de su hundimiento. “Se ha producido una situación muy peligrosa; la carretera estaba en uso y afortunadamente nadie pasaba por allí en el momento del desplome”, se indigna otro vecino de la zona que prefiere no decir su nombre.
Diez días después del hundimiento, el acceso permanece cortado
“Carretera cortada. Solo acceso al restaurante”, avisan los carteles al acercarse a la zona. Diez días después del hundimiento, el acceso permanece cortado. Se puede llegar al restaurante y, dando un rodeo, a la depuradora y al resto de empresas y fincas que hay en la zona. “Hemos lanzado un trámite de urgencia y lo intentaremos reparar cuanto antes”, dicen desde la Dirección de Carreteras. Mientras, el puente sigue partido en dos en medio del río Guadarrama, atrayendo a algún que otro curioso. De la Fuente también se ha pasado por allí: “Creo que fui la última persona en verlo en pie”.
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