La obra de Xavier Trias que Ada Colau quiere cambiar
La futura alcaldesa revisará los proyectos de su antecesor que respondan al “interés particular en detrimento del colectivo”
La Barcelona que deja Xavier Trias tras cuatro de gobierno peligra. La futura alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, revisará todos los proyectos que haya aprobado su antecesor que respondan al “interés particular en detrimento del interés general o colectivo” y, en los casos que sea posible, los paralizará. Así lo advertía en su programa electoral y así lo han confirmado fuentes de Barcelona en Comú. La lista de proyectos a revisar que el equipo de Colau tiene encima de la mesa es muy generosa y detrás de cada uno hay muchos intereses en juego. La ampliación de la Maquinista, el Hotel de Rec Comtal, el Plan de Usos de Ciutat Vella… Todos ellos pueden sumarse a la lista de paralizaciones en la que ya figura el hotel del Deutsche Bank.
El criterio para determinar cuál de estos proyectos será paralizado es el dinero: si el Ayuntamiento tiene que pagar grandes indemnizaciones a los promotores, no los suspenderá
El criterio para determinar cuál de estos proyectos será paralizado es el dinero: si el Ayuntamiento tiene que pagar grandes indemnizaciones a los promotores que hay detrás, no los suspenderá. “Sería peor el remedio que la enfermedad”, argumentaron fuentes de BComú.
Este diario ha repasado la lista de los proyectos que se pueden ver afectados por estos criterios y tras hablar con un arquitecto que trabaja en el Ayuntamiento y conoce estos planes, ha determinado cuál puede ser su futuro.
1-. La ampliación del Centro Comercial La Maquinista. Es uno de los grandes proyectos que ha aprobado el gobierno de Xavier Trias con la ayuda del PP. El Centro Comercial ampliará su superficie con 30.000 metros cuadrados y, además, podrá construir 400 pisos gracias a una recalificación que modificó el solar de industrial a residencial. El proyecto contó con la oposición del resto de partidos, así como de las asociaciones de vecinos y comerciantes del entorno que lo consideran un “pelotazo” y temen que complique la supervivencia de los comercios del barrio de Sant Andreu, muy afectados ya por la crisis. Paralizar este proyecto es muy difícil. La empresa propietaria, la multinacional Unibail-Rodamco, tendría todo el derecho a reclamar una indemnización por los recursos destinados y por los beneficios que dejaría de recibir, lo que se conoce como lucro cesante. Los dueños todavía tienen que presentar alguna documentación (como el Plan de Emergencias Municipal) pero el Ayuntamiento está obligado a dar su visto bueno si se ajusta a la legalidad. En caso de hacerlo, la ley prevé incluso que se pueda reclamar el visto bueno a la Generalitat.
2-. La apertura de un centro comercial en La Sagrera. La construcción de esta superficie comercial tenía que ayudar a financiar la estación del AVE de La Sagrera, pero todavía no está aprobada. Frenar este proyecto no tendría ningún coste para el Ayuntamiento porque, además de no haber sido aprobado, se tenía que levantar encima de un solar público a partir de un acuerdo con el Ministerio de Fomento. El proyecto había provocado las quejas de los vecinos y de los comerciantes de la zona.
3-. El hotel del Deutsche Bank. El fondo de inversiones KKH compró en julio del año pasado el edificio con el objetivo de levantar un lujoso hotel en esta privilegiada ubicación, entre el paseo de Gràcia y la avenida Diagonal. CiU y PP veían con buenos ojos el proyecto, que permitía aumentar la edificabilidad actualmente permitida. La operación consistía en comprar la edificabilidad de dos solares, uno en Gràcia y otro en el Eixample, y trasladarla a este punto para construir un gran hotel. Pero este traslado obligaba a modificar el Plan General Metropolitano y esta gestión todavía no se ha realizado. Suspender este traslado, como adelantó este diario el jueves, no le costaría nada al Consistorio. El promotor podrá hacer un hotel, pero mucho más pequeño.
4-. El hotel del Rec Comtal. El polémico hotel que Núñez i Navarro quiere construir en la calle Rec Comtal, debajo del Arco del Triunfo, ya tiene licencia, de manera que su paralización es muy difícil. La única opción sería comprarle el solar al promotor (cuesta unos 13 millones) e indemnizarle, con unos 10 millones más, según informó el propio gobierno municipal. Todo esto en el caso de que Núñez quisiera vender.
5-. La Marina de lujo en el Port Vell. La transformación del Port Vell en una Marina de lujo es sin duda uno de los proyectos más polémicos del mandato de Xavier Trias. Además del rechazo de los vecinos de la Barceloneta, que lo consideran una ostentación desmesurada, hay sospechas de que la operación esté sirviendo para el blanqueo de capitales, según denunció la Oficina Antifraude de Cataluña. Paralizar este proyecto es completamente imposible porque las obras llevan meses en marcha y la indemnización sería millonaria. Colau ya anunció que revisará “la concesión de la Marina de lujo” y cambiará el proyecto pactado para retirar el muro previsto y permitir así que el espacio permita acceder a todos los ciudadanos.
6-. Privatización de la gestión de los aparcamientos. Colau está en contra de las privatizaciones, pero no podrá cancelar esta sin tener que indemnizar a SABA, la empresa explotadora. El Ayuntamiento externalizó la gestión de los 26 aparcamientos más rentables de la ciudad con los votos de CiU, PP y ERC. Con los 115 millones que ingresó el Consistorio en esta operación se tienen que construir 1.000 pisos de protección oficial. El PSC llevó el caso a los tribunales.
7-. Clubs de cannabis. El alcalde Trias anunció días antes de que empezara la campaña electoral su intención de prohibir la presencia de locales de asociaciones de cannabis a menos de 150 metros de equipamientos públicos o privados donde acudan menores. Esta condición supondría el cierre del 80% de los clubes actuales. Pero no llegó a hacerlo. Para cancelar esta normativa bastaría con no hacer nada.
8-.Plan de Usos de Ciutat Vella. CiU y el PP aprobaron en 2013 modificar el Plan de Usos de Ciutat Vella que había aprobado el anterior gobierno de izquierdas. El nuevo texto era menos restrictivo y permitía que se volvieran a dar licencias hoteleras en algunos puntos de Ciutat Vella. La decisión, que llegó en medio de las tensiones que se viven en algunos barrios por la presencia de demasiados turistas, levantó mucha polémica. Si el equipo de Colau decide regresar al anterior plan de usos, bastaría con tener mayoría política. Eso sí, los proyectos que ya han obtenido la licencia tienen derecho a tirar adelante y construir el hotel.
9-. Ordenanza de terrazas. La ordenanza que aprobaron CiU y PP en diciembre de 2013 autorizando la instalación de nuevas terrazas también ha sido duramente criticada por la "privatización del espacio público" que supone. Modificarla no es problema si Colau logra llegar a la mayoría lo cual es altamente probable porque todos los partidos de izquierdas, que suman 22 concejales, se han mostrado en contra de la normativa. Al tratarse de una ordenanza municipal, el Ayuntamiento la puede modificar sin tener que indemnizar a los restauradores que actualmente disponen de ellas.
10-. Gratuidad del área verde. Trias aprobó la gratuidad del área verde para todos los ciudadanos empadronados en Barcelona que no tuvieran multas de tráfico pendientes. La medida provocó las quejas de los partidos de izquierdas, ya que el área verde estaba pensada precisamente para encarecer y hacer disuasorio el uso del vehículo privado y recaudar unos ingresos que se destinan al Bicing, con el objetivo de reducir la contaminación en la ciudad. Recuperar el pago del área verde, que era de un euro a la semana, sería posible consiguiendo la mayoría a la hora en que el pleno vote las ordenanzas fiscales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.