El Parlamento se cuela en la campaña de las elecciones municipales

El Parlamento entra en campaña. El bloqueo de la oposición a la investidura de la candidata socialista, Susana Díaz, ha traspasado las puertas de la Cámara andaluza y se ha incrustado en el debate municipal no sólo en el ámbito autonómico sino también en el nacional. La negativa del principal grupo de la oposición, el PP, y de los partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, así como el de IU a la formación de Gobierno forma ya parte del argumentario electoral. PSOE y PP están apelando al voto útil para hacer ver las consecuencias de votar a las nuevas formaciones. Estas están utilizando el fracaso de las negociaciones para hacer ver que el bipartidismo no dialoga. En juego están los gobiernos municipales de las principales ciudades.

“La última encuesta del CIS es un claro mensaje de que su voto no es útil”. Así de contundente se mostró Díaz tras el último rechazo a su investidura. El resto de dirigentes socialistas se ha lanzado al mismo mensaje, como el portavoz parlamentario, Mario Jiménez, quien pidió a “los ciudadanos que tomen nota” de la situación en el Parlamento andaluz.

El PP se ha apuntado al mensaje. El portavoz de esta formación Elías Bendodo calificó de “experimentos” a los nuevos partidos e invitó al electorado a “ir sobre seguro”. El mismo mensaje ha lanzado el alcalde de Huelva y candidato popular a la reelección, Pedro Rodríguez.

El otro argumento electoral para los socialistas ante la situación en el Parlamento es la vuelta de la pinza, la legislatura entre 1994 y 1996 que supuso el bloqueo de la acción de Gobierno por la alianza de PP e IU. Díaz lo recordó durante su debate de investidura y Jiménez lo amplió al hablar de que IU y Ciudadanos y PP y Podemos “comparten intereses”. “Hay una voluntad oculta para no pactar”, afirmó.

Esta no es otra que esperar a las elecciones del 24 de mayo para ver qué acuerdos son necesarios en los ayuntamientos de las principales capitales. El CIS ya adelantó en su última encuesta que la capital andaluza quedará en manos de Ciudadanos, partido cuyo responsable nacional, Albert Rivera, se ha comprometido a “llevar a cabo una única línea de pactos nacional que no consiste en pactar con quién, sino para qué”.

La líder de Podemos, Teresa Rodríguez, admite que los mensajes responden a una estrategia electoral y acusa a la Junta de “crear una alarma que no existe”.

El PP quiere apuntalar sus ayuntamientos con un pacto que exceda los muros del Parlamento. El presidente del Partido Popular, Juan Manuel Moreno, minutos después de votar en contra de la candidata del partido con más apoyo en la Cámara, propuso un pacto para que gobierne la lista más votada, como hizo en campaña electoral. El objetivo, asegurar sus alcaldías a cambio de la Junta de Andalucía.

Esta estrategia no satisface a todos. El portavoz del PP andaluz, Elías Bendodo, ha pedido un cambio de actitud a su formación tras admitir que será “difícil” repetir en mayo los resultados de su partido en las elecciones municipales de 2011, cuando se hizo con el gobierno de todas las capitales y las grandes ciudades andaluzas con mayoría absoluta. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), fue el más claro al reclamar en una entrevista a Europa Press "responsabilidad" para la formación “ya” del Gobierno andaluz, no sólo a la socialista Susana Díaz, que "es quien debe crear las condiciones adecuadas para la negociación", sino, en general, a todos los partidos con representación parlamentaria. En el sentido contrario se pronunció el regidor de Granada, el también popular José Torres Hurtado.

Esta división, el miedo a la pinza, la votación sucesiva conjunta de fuerzas con ideologías dispares y los mensajes reclamando al voto útil son las cuestiones que el PSOE pondrá en evidencia con la convocatoria de sucesivas votaciones en el Parlamento y mientras se repita el resultado de las dos últimas sesiones.

Contra esto se pronunció el coordinador de IU, Antonio Maíllo, que reclama un acuerdo sobre medidas concretas antes de volver a sentar a los diputados en el pleno. “Lo demás es una formalidad que supone una utilización del Parlamento que no entendemos".