La metrópoli de los mantras
La actuación en Glòries tiene carácter de manifiesto de la propuesta municipal de Convergència
La Barcelona de CiU es hija de tres mantras y un cambio copernicano. Los mantras son el del alcalde Xavier Trias (conocimiento, creatividad, cultura, innovación y bienestar); el del sueño social de Cerdà, y el de Antoni Vives y su gente: una ciudad energéticamente autosuficiente, de barrios productivos de velocidad humana, de cero emisiones, en el seno de una metrópoli conectada con el mundo. Esta última recitación incluye la gran innovación conceptual de los convergentes en este mandato: la aceptación del hecho metropolitano, antes objeto de guerra abierta entre el maragallismo gobernante en el Ayuntamiento de Barcelona y el pujolismo dominante en la Generalitat, con ley de disolución del ente incluida, y ahora piedra angular del proyecto municipal.
La perspectiva metropolitana obliga a pensar en una ciudad que se extiende mucho más allá de las tradicionales dos orejas del elefante, definidas por Ignasi Solà Morales, (Montjuïc y la Ciutadella), abarcando el territorio delimitado por las dos patas del paquidermo urbano, los deltas del Llobregat y el Besòs. Para ello es urgente un nuevo plan general metropolitano que ofrezca proyección supramunicipal a su programa de reforma interior de la ciudad central, a partir de lo construido en los últimos 30 años, dando prioridad a los objetivos de creación de ocupación y de un parque público de vivienda. Su método de trabajo descansa en la definición de ocho “sistemas urbanos”, en los que se interviene de forma integral para alcanzar una ciudad sin fronteras interiores, sin fachadas urbanas ni patios traseros.
CiU acepta el hecho metropolitano, antes objeto de guerra abierta entre el 'maragallismo' y el 'pujolismo' y lo convierte en piedra angular del proyecto
La actuación en la plaza de les Glòries tendría el carácter de manifiesto de lo que se propone CiU para todos los sistemas dibujados. El balance oficial de la operación es el siguiente: se ha pasado de un nudo viario a un parque cívico, del hormigón a la renaturalización, del transporte privado a la movilidad sostenible, de la frontera entre barrios al espacio de conexión, del desierto urbano a la vibración de las actividades de barrio y a la creación de puestos de trabajo, unos 3.000 en el entorno, según los cálculos municipales.
A pesar de la valoración triunfal de esta operación todavía por acabar —la primera fase comenzó hace dos semanas y la obra total se acabará en 2017—, se intuye que donde Hábitat Urbano cree poder materializar realmente su mantra es en el sistema de las Superilles, un ámbito superior a la manzana de casas pero inferior al barrio, definido como ideal para la intervención. El ejemplo es el área del hospital Clínic: desde el hospital universitario ampliado en el recinto de la Escuela Industrial —trasladada al campus del Fòrum—, pasando por la recuperación de los terrenos de la Modelo, hasta la estación de Sants y la plataforma que cubre las vías de Renfe.
En cada una de estas unidades experimentales de organización urbana se aplicará un programa integral destilado del famoso mantra, traducido en una movilidad sostenible, la revitalización del espacio público, la biodiversidad, el fomento del tejido urbano y la cohesión social, la reindustrialización sin chimeneas, la integración de las soluciones smart y la implicación del ciudadano en la definición de los criterios, dejando a los técnicos la transformación urbana estricta.
Del resto de sistemas urbanos dibujados el más emblemático es el de Montjuïc. Se pretende hacer realidad el viejo proyecto de la plena integración urbana de la montaña, para transformarla en un elemento de conectividad entre los barrios que la rodean y las grandes infraestructuras de su entorno: Zona Franca, Fira y Puerto. Se trata de repensar toda la zona portuaria, desde el Morrot a la estación de Francia, la Ciutat Port, perfilando un continuo ciudadano hasta el sector universitario del otro lado de la Ciutadella, abriendo la calle Wellington como un paso elevado, siempre que se consiga evitar que los animales del Zoo no se estresen.
Define 8 sistemas urbanos a los que aplica su programa integral: movilidad sostenible, revitalización del espacio público, biodiversidad, reindustrialización sin chimenea, soluciones 'smart'
Es una propuesta más sofisticada que la del Blau@Ictinea de hace cuatro años, tumbada por la oposición municipal. La recuperación de la propiedad del Morrot y el desdoblamiento de la Ronda del Litoral en la cota baja de aquel punto abren la posibilidad de convertir la playa de vías de mercancías en un área de oficinas y residencias y de habilitar el espacio liberado por la ronda en un paseo de cornisa. Luego, siguiendo la línea de mar, se incorporan a la red urbana de Ciutat Vella las diferentes marinas y astilleros de yates del clúster náutico, con sus puestos de trabajo, sus defensores y sus detractores.
El resto de sistemas se intuyen más pacíficos. El ya conocido de las 16 puertas de la sierra de Collserola, cuyo objetivo es conseguir una nueva relación de los habitantes de los cuatro distritos afectados con la montaña, a partir de la cobertura de diferentes tramos de la Ronda de Dalt. El de los Tres Turons, persigue la creación de un parque doméstico de 500 hectáreas, las mismas que tiene Montjuïc, sin expulsar a quienes viven dentro de su perímetro. El de la fachada fluvial del Besòs, es valorada como una pieza clave para el sistema de espacios verdes del área metropolitana y supone el cierre del triángulo formado por el Fòrum y la llamada Diagonal Verde (Ciutadella-Glòries-Sagrera-parque del Rec Comtal-Trinitat).
La Diagonal de siempre, también conforma uno de estos sistemas básicos, ahora como calle y rebautizada como la “avenida de la innovación” por conectar el actual campus universitario con la zona del 22@, el campus del Besòs-Fòrum y el futuro Smart City Campus. Y finalmente, la recuperación de los diferentes cascos antiguos de la ciudad, las microciudades y sus identidades, dicen, para conformar una nueva identidad.
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