Gran circo ‘a la catalana’

“El Charlie Rivel lo que quiere ser es una fusión entre la acrobacia del circo de primera división internacional con nuestra cultura popular, y ello a través de músicas, de vestuario y de coreografías”. No nace un circo cada día y menos en Cataluña y con una personalidad tan marcada como lo define su director artístico, Genís Matabosch, tras su debut este fin de semana en Figueres.

En realidad, el Charlie Rivel se inauguró el pasado 23 de abril en la Plaça de Catalunya de la capital del Alt Empordà, aprovechando la celebración de los 119 años del nacimiento del payaso catalán más universal que le da nombre y al que se quiere homenajear.

Durante dos horas, el espectáculo fusiona una selección de los mejores números circenses de todo el mundo con la música, danza y vestuario popular catalán. El circo estará en Figueres hasta el 4 de mayo y más adelante iniciará una gira por pueblos y ciudades de toda Catalunya de cinco meses de duración.

De la mano de los creadores del Festival Internacional del Circo de Figueres (Matabosch es su creador), el Charlie Rivel ofrece al espectador una selección de los números premiados en los mejores festivales del circo del mundo. Trapecistas germanoestadounidenses, payasos belgas, flexibles chinos en las cintas aéreas y, claro, algunos artistas locales (con algunos sorprendentes magos) conforman un envidiable elenco de 16 artistas en total de 10 países distintos una veintena de representaciones de la quincena de atracciones premiadas últimamente en diferentes festivales internacionales.

El nexo entre todos ellos será el hilo argumental de la cultura popular catalana. Así, los trapecistas actuarán, por ejemplo, al ritmo de Rosó, la popular canción compuesta en 1922 por Josep Ribas i Gabriel; o los héroes de la cinta chinos evolucionarán teniendo como música de fondo un violonchelo del que saldrá el emotivo El cant dels ocells. Los vestigios catalanes también serán visibles en aspectos como la indumentaria, con motivos gaudinianos.

Como para estar a la altura del espectáculo que se ofrece, la carpa del Caharlie rivel no ena tela cualquiera. Según Matabosch, el Charlie Rivel es “el circo más cómodo y moderno de Europa”. Su nueva carpa polivalente, con un diseño que evoca a un iglú gigante, es única en Europa y permite una visión panorámica sin ninguna columna interior, ni anclajes exteriores.

El recinto tiene un aforo de 826 espectadores en sillas individuales acolchadas y capacidad para hacer cenas-espectáculo para 400 personas. Su diseño, con una planta con forma de polígono regular de 16 lados, 28 metros y medio de diámetro y 14,5 metros de alto, ha sido pensado para alejar al espectador de esa imagen de histórica incomodidad que han tenido este tipo de espectáculos. En esa linea, la grada presenta una inclinación para favorecer la visibilidad tanto de la pista como de los ejercicios aéreos, sin romper la proximidad entre espectadores y artistas.

Paulina, hija de Charlie Rivel, estuvo presente en el estreno del circo y fue la encargada de cortar la cinta inaugural de una apuesta de gran magnitud: casi un millón de euros.