Una edición de grabados del siglo XVI camuflado un lote de libros

A la biblioteca del Ateneo ferrolán, una entidad en horas bajas y con sus fondos retenidos en seis contenedores por la deuda contraída con una empresa de mudanzas, le ha caído en suerte un regalo inesperado: una joya literaria del siglo XVI.

Tiene 441 años y, para su edad, se ha conservado bastante bien aunque empieza a flaquearle el esqueleto, o sea, la encuadernación, explica Eliseo Zaera, historiador y presidente del Ateneo.

Esta antigüedad bibliográfica, de la que se cuentan otros tres ejemplares en España y tres más repartidos entre Francia, Bélgica y Austria, iba camuflada en un lote con casi un centenar de libros que un vecino de la ciudad, Manuel Gil Cervera, cedió a la entidad para darles un empujón. Formaba parte de la extensa y valiosa biblioteca que heredó de su tío, José Fontela Ruza, natural de A Estrada y todo un enamorado de las letras.

Se imprimió en 1574 en Amberes, Bélgica, en el taller del famoso librero renacentista Cristóbal Plantino, al que retrató el mismísimo Rubens. El título 'Icones veterum aliquot, ac recentium medicorum, philosophorum que, elogiolis suis editae, opera I', podría traducirse del latín como Grabados antiguos y nuevos de médicos y filósofos.

De su autor se sabe que fue el humanista húngaro Johannes Sambucus, un erudito que alternaba la medicina con la filología y la historia, mientras que el editor, Plantino, fue un librero flamenco formado en París que obtuvo el favor del rey Felipe II en la impresión de los textos religiosos. Los 67 grabados que contiene representan a Hygia, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Tales de Mileto, Homero, Cayo Plinio, Galeno o Séneca, entre otros, y su autoría se le atribuyó a Pedro Van der Borcht “El Viejo”.

De este mismo libro, que se reeditó en los siglos XVII y ya en el XX, en facsímiles, se conoce que se guardan otros seis ejemplares: dos la Biblioteca Nacional de España, uno la Universidad Complutense de Madrid, y tres más repartidos entre las biblioteca nacionales de Austria y Francia, y en la Biblioteca Real de Bélgica.

“Le haría falta una buena restauración así que pediremos consejo a la Biblioteca Nacional a ver si nos echan una mano”, apunta Zaera, satisfecho con el hallazgo que pone en sus manos un tesoro que pocos tienen.

Pese al 'regalo', que su legítimo propietario cedió temporalmente a la entidad, la situación económica del Ateneo sigue siendo tan precaria que amenaza la supervivencia de esta trinchera de la cultura ferrolana fundada en 1891 que ha destacado en el último siglo por su defensa de las letras, el arte y el librepensamiento.

El Ateneo, con poco más de 300 socios y sin recursos económicos, le debe más de 43.700 euros (sin contar los intereses de demora) a Mudanzas Felix por el traslado de sus fondos bibliográficos en 2010. Fue un movimiento forzado por el inicio de la obra de rehabilitación de un inmueble protegido que es propiedad del Ayuntamiento, en el número 202 de la calle Magdalena. La directiva del Ateneo cuenta que la anterior corporación, del PSOE, asumió el coste de mover su patrimonio, que componen unos 7.500 volúmenes, 450 cabeceras de prensa y decenas de obras de arte.

En 2011, el Ayuntamiento cambió de manos, y el PP se negó a asumir una deuda que no constaba por escrito en ningún documento. Mientras el Ateneo y el Ayuntamiento pugnan por quien debe hacerse cargo del gasto, la empresa de mudanzas se desespera sin cobrar una deuda que tiene reconocida judicialmente -la juez falló a su favor en septiembre del 2014- y amenaza con el embargo de unos fondos cultural, con ejemplares y cabeceras valiosos porque son muy antiguos o prácticamente únicos. Un patrimonio tasado hace años en cerca de 80.000 euros que se apilan en la oscuridad de seis contenedores en un almacén.

El Ateneo ya presentó una reclamación patrimonial contra el Ayuntamiento ferrolano para que se haga cargo de su deuda y el siguiente paso, dicen, será el juzgado.