El Sergas releva a su jefe en Vigo en vísperas del traslado al nuevo hospital
El nuevo gerente será Félix Rubial, responsable de varias decisiones polémicas en el área
La sensación de desconcierto que reina entre los profesionales de la sanidad en Vigo se ha multiplicado con el relevo del máximo responsable del Sergas en el área sanitaria en vísperas del traslado al nuevo hospital, cuyas obras concluyen este viernes. A falta de confirmación oficial, el nuevo gerente será el actual director general de Asistencia Sanitaria, Félix Rubial, responsable de las decisiones de denegar el laboratorio central a la nueva dotación hospitalaria y de restar población al área sanitaria de Vigo en beneficio de la de Santiago.
El previsible nombramiento de Rubial, adelantado este domingo por Faro de Vigo, aún no ha sido confirmado oficialmente por la Xunta, aunque ayer el gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, lo consideró “una propuesta excelente”. También el cese de su antecesor, Mario González, anunciado por sorpresa hace una semana por el propio gerente a los jefes de servicio del Complejo Hospitalario de Vigo, sembró la incertidumbre en el sector por inesperada, ya que era la persona que estaba llamada a liderar el inminente traslado al nuevo hospital.
A falta de explicación oficial sobre las razones del relevo, los sindicatos recordaron ayer que el directivo saliente aterrizó en Vigo en marzo de 2013 con el objetivo de unificar los servicios del complejo hospitalario y gestionar el traslado al nuevo hospital. “No ha hecho ni una cosa ni la otra”, recordó la CIG, que reprochó a González que tampoco integrara en el complejo la parte asistencial de la empresa pública Galaria ni cubriera las jefaturas de servicios esenciales para el nuevo hospital.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, calificó la elección de Rubial de “desvergüenza política”, al considerarlo “el brazo ejecutor de las políticas de Feijóo contra la sanidad de Vigo”. El regidor vigués recordó la implicación del aún responsable de Asistencia Sanitaria del Sergas en “todas las decisiones degradantes” que han perjudicado al área sanitaria viguesa. Así, le atribuyó que “el nuevo hospital privado” no tenga laboratorio central, y también la reducción de 300.000 personas en la población de referencia del área. Caballero afirmó que esas decisiones han afectado a la calidad asistencial de servicios como hemodinámica, cirugía cardíaca, reproducción asistida o cirugía pediátrica. “A este señor nos lo envían de gerente, hay que jorobarse, hay que tener desvergüenza política”, lamentó.
El gerente del Sergas, en cambio, defendió la validez de Félix Rubial, aunque evitó confirmar su nombramiento. Antonio Fernández-Campa señaló que la “sustitución” o el “cese” de un director general, actual cargo de Rubial, “corresponde al Consello de la Xunta”, y no a la consellería, por lo que “tiene que ser el Consello de la Xunta el que se pronuncie”. Sin embargo, y a falta de este trámite, Fernández-Campa consideró a Rubial una “propuesta excelente” para el nuevo puesto, que la consellería ve “una prioridad” por la inminente puesta en funcionamiento del nuevo hospital.
La entrega de la obra del nuevo centro está prevista para el próximo viernes, lo que abrirá un plazo de siete meses para el traslado paulatino de los distintos servicios. Pero el Sergas no ha publicado todavía la dotación de esos servicios ni el cuadro de personal del hospital, lo que, unido a las acusaciones de privatización encubierta —las instalaciones han sido financiadas por una empresa adjudicataria, que explotará servicios no sanitarios— y a la ausencia de servicios como el laboratorio central, ha incrementado el malestar de colectivos sindicales y partidos de la oposición.
La elección de Félix Rubial ha cogido por sorpresa a los profesionales del Sergas, ya que su nuevo cargo será jerárquicamente inferior al que ahora ocupa y su nombre no figuraba entre los que se manejaban como posibles sustitutos. El todavía gerente del área de Vigo había deslizado su intención de abandonar el cargo, pero después de culminar el traslado al nuevo hospital. Durante sus dos años de mandato ha tenido que soportar huelgas como la del servicio de Urgencias del Meixoeiro o la convocada contra el proyecto de creación de las áreas de gestión clínica, que finalmente no han salido adelante, así como constantes colapsos en los distintos servicios de urgencias. En este período también se produjo la polémica renovación por 10 años del concierto con Povisa, que asigna un hospital de referencia privado a casi un tercio de la población de la mayor área sanitaria de Galicia.
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