El ‘hooligan’ Paul Preston cede su archivo a Poblet

Su enorme cuerpo, casi de jugador de rugby o de hooligan de su ciudad natal, Liverpool, va en consonancia con la importancia de su labor como historiador e hispanista. Sin los trabajos de investigación realizados durante cincuenta años por Paul Preston (Liverpool, 1946) no se entendería la historia contemporánea de España, sobre todo la Guerra Civil, la postguerra y la Transición. Pero cincuenta años generan una documentación voluminosa difícil de mantener unida. El historiador e hispanista británico lo sabe bien. Por eso no ha dudado en donarla a una institución que garantice su unidad a lo largo del tiempo.

Ayer, en un acto oficial que se desarrolló en el Salón de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, se oficializó la entrega de todo su archivo: cerca de 3.000 libros y 40 cajas con manuscritos, notas y documentos que acabarán en el Archivo del Monasterio de Poblet (Tarragona). “Mis papeles no tienen tanto valor para un acto como este en el Salón de Cent. Es excesivo”, aseguraba modestamente el historiador, junto al alcalde de la ciudad, Xavier Trias, el abad del monasterio de Poblet, Josep Alegre, el rector de la Universidad de Barcelona, Dídac Ramírez, y Jordi Amat, el filólogo y escritor que glosó al profesor Preston durante el acto: “Los libros de Preston se han convertido claves para dotarnos de una justa conciencia de nuestro pasado reciente que nos había sido negada o falseada”, aseguró.

Preston anunció durante el acto el fallecimiento del historiador Raimond Carr el día anterior: “Siempre se ha dicho que fue mi gran maestro, pero en realidad tuve otros como Herbert R. Southworth, aseguró que no quiere que le ocurra como a él, que sus más de 15.000 libros sobre la República y la Guerra Civil española acabaron dispersos tras su muerte. “Por eso, decidí cederlo a Poblet porque era muy importante que quedara custodiado en un lugar seguro y accesible para historiadores”. La elección de Poblet es fruto de su larga amistad con el teniente de alcalde de Barcelona, Antoni Vives, “de más de quince años y muchas conversaciones entre los dos”, confesó Vives. También el hecho de que el monasterio tenga el archivo más próximo a los escenarios en los que se desarrolló la Batalla del Ebro, uno de los temas predilectos de Preston, que ha investigado a fondo.

El traslado de los libros y documentos ha sido posible gracias a la colaboración del Catalan Observatory de la London School of Economics, el Ayuntamiento de Barcelona, el Centro de Estudios Históricos Internacionales de la Universidad de Barcelona y el Monasterio de Poblet. Según Vives, expertos de la UB ya están identificando el fondo que será catalogado una vez viaje a Poblet.

Allí, la documentación de este catalanofilo confeso, defensor del retorno de la documentación confiscada al final de la Guerra retenida en Salamanca y del derecho a decidir de los catalanes, convivirán con el archivo del presidente de la Generalitat Josep Tarradellas y algunos de sus colaboradores como Andreu Cortines, Manuel Ortínez o Jaume Miravitlles, además de archivos como el de la Casa Ducal de Medinaceli en Cataluña.