Buenafuente: “La cultura es una piedra en el zapato para los políticos”
‘No entiendo nada’ es un libro con 150 dibujos que tocan diversos temas
Dice que está en medio de la tormenta perfecta: con un programa de televisión nocturno—En el aire, de La Sexta—, luchando para sobrevivir a la crisis —en su faceta empresarial desde la productora El Terrat— y con una niña de dos años. Así que Andreu Buenafuente (Reus, 1965) duerme muy poco, una circunstancia que ha aprovechado para alimentar una pasión que lo ha acompañado muchos años y que ahora hace pública: la de dibujante. Lo hace en el libro No entiendo nada (Reservoir Books), donde dibuja lo que piensa. De todo: de la crisis, de la política, de la maldad, de la tristeza, de otros cómicos, de las tendencias. Son píldoras, pensamientos sueltos de un consagrado monologuista.
P: Con ese título, la pregunta es casi obligada. ¿Qué no entiende?
R: Para un cómico, es una buena manera de resumir su actitud ante la vida. Es más interesante no entender y decirlo que no hacer una impostura y un gran análisis de las cosas. A todos nos desborda la realidad y más ahora. No entiendo nada de lo que nos están explicando.
“No se si la independencia es el camino, pero es una cuestión apasionante"
P. ¿De qué, de la crisis, de la política...?
R. Bueno, la crisis es como la espina dorsal que lo atraviesa todo y de la que no podemos escapar. Estamos instalados en una realidad que no nos gusta nada y de la que no nos sentimos nada responsables, por cierto.
P. ¿Desde cuándo dibuja?
R. Desde que llegué a Barcelona en mi primera época de la radio. Tenía 25 años, fue un tiempo muy intenso y yo soy muy inquieto, yo diría que patológicamente inquieto, no entiendo no estar sin hacer nada. Y dibujaba siempre, mientras veía la tele o hablando por teléfono. Lo sigo haciendo, siempre emborronando. Y me fui enamorando del arte, como si el arte fuera una mujer maravillosa. Visito estudios, talleres, hasta que el dibujo y la pintura han formado parte de mi vida. Y ahora lo hago público.
P. ¿Lo ha guardado todo?
R. Si, soy como un documentador obsesivo. Me da pena tirar cosas. Y no quiero exagerar, pero debo tener miles de originales en casa: cajas y cajas. En archivadores, muebles enteros. No los tiré nunca porque les tenía cariño. Y ahora es la primera vez que los abro a los demás y estoy entre ilusionado y acojonado. Es como un examen. Hay que ver qué dice la gente.
P. ¿Por qué se decidió a publicarlo?
R. Hay dos culpables, Mikel Urmeneta [el creador de Kukuxumuxu, el mismo que hizo de puente para que Buenafuente publicara viñetas en el New York Times hace unos años], que me animó y mis amigos de Mongolia que me presentaron a la gente de la editorial Reservoir Books, a los que un día llevé 300 dibujos, de los que se escogieron la mitad, más o menos.
P. ¿Qué referentes tiene? ¿Hay alguna influencia de Miquel Barceló?
R. Sí, soy muy fan de Barceló. Me gusta trabajar con tintas aguadas, creo que tienen vida propia. Yo no soy preciosista y busco un estilo en el que me sienta cómodo. Opto más por el impacto que por el detallismo.
P. “Todo lo que ves, hijo, algún día lo deberás tú”, dice la leyenda de uno de los dibujos. ¿Recuerda a EL ROTO, no?
R. Sí, siempre digo que lo que te gusta, en lo que sea, te influye. No es deliberado, EL ROTO me impacta. Yo intento hacer un género que podíamos llamar de golpe de puño y por eso son duros. Pero yo soy un tipo de 50 años en un país machacado aunque nos digan lo contrario. Y estas alturas... la vida es tal cual.
P. Otra viñeta. Se ven dos bestias, de espaldas, enfurecidas con las fauces abiertas. Leyenda: “El debate identitario”.
Pagar por contenidos
"Mi gran proyecto vital es la productora El Terrat. Ya casi llevamos 30 años y lo estoy cuidando como a un niño que ha necesitado de mi cariño en estos tiempos complicados. No sé si han pasado ya pero seguimos estando en el panorama aunque nos hayamos dejado muchas plumas por el camino [la productora tuvo que afrontar despidos]. Tenemos proyectos y vamos haciendo".
"Me gustaría estar 15 años más adelante en Internet y que el consumo digital ya estuviera maduro, más evolucionado. Será una era en la que con un clic tendrás contenidos de calidad y se habrá interiorizado que para eso hay que pagar, algo que caerá por su propio peso, estoy convencido. Estamos en todo un cambio de era y tengo ganas de llegar. No soporto las interinidades".
R. Hay que explicar el contexto. Yo llego a las dos de la madrugada a casa y me pongo a escuchar podcats de emisoras de radio de las tertulias de la mañana, es decir, 12 o 15 horas más tarde. Y en la soledad de una casa, quieta y callada, de madrugada, volver a oír las voces muy reiterativas del debate identitario día tras día... deja un poso de enfrentamiento. Parece que la España actual es completamente incapaz de afrontar un debate identitario constructivo. Por eso los bichos están tan agresivos.
P. Y ¿qué opinión tiene del tema, de la independencia?
R. Yo hablo como ciudadano, no como un humorista que tiene proyección pública por salir en la tele. Como ciudadano veo un momento histórico de una altísima responsabilidad política. Y veo una sociedad catalana que está pidiendo una redefinición y unas administraciones o instituciones que, sin embargo, no pueden ser las herramientas políticas y eso me genera frustración. No sé si la independencia es el camino, pero es algo terriblemente apasionante porque está cargado de incertidumbres y se está moviendo todo como nunca se ha movido en los últimos 200 años.
P. ¿Le ha sondeado algún partido político para las próximas elecciones?
R. No. Hubo un tiempo en el que los políticos tenían cierto brillo. Ahora que la política está tan desprestigiada, no me interesaría en absoluto. Yo quiero estar al lado de iniciativas solidarias, sociales, de colectivos. Y seguir haciendo lo que hago, salir de madrugada diciendo lo que pienso. Yo soy un cómico.
P. Showman, dibujante... ¿Algún proyecto más?
R. Cine. Estamos ultimando los detalles de una película con Berto Romero. Será una comedia en la que actuamos los dos y queremos explotar nuestra complicidad en el cine, todo un reto.
P. ¿Y algún programa en TV3?
R. Me gustaría, no lo descarto, ya llevo 10 años con programas en televisiones privadas. Hace un año presentamos un proyecto a TV3 , pero no cuajó.
P. ¿Y narrativa? ¿Veremos a un Buenafuente novelista?
R. No. Soy un gran lector, pero no tengo una novela para escribir, por tanto no lo haré. No soy novelista y creo que no lo seré porque no tengo tiempo y seguramente tampoco talento para montar un mundo de mil páginas. Yo soy exigente con todo, con el cine, con la televisión. Y, sobre todo si tienes 50 años, tienes que escoger bien.
P. ¿Ve “brotes verdes” en la cultura?
R. No sé qué decir... La cultura no morirá nunca porque el talento siempre sobrevivirá y porque conmueve y emociona. Y es tan fuerte que está aguando la mezquindad de los dirigentes políticos que yo pienso que siempre la han menospreciado, la ven como una piedra en el zapato, porque hace pensar a la gente. Y eso a los políticos nunca les ha gustado. Disimulan, hacen ver que sí, pero no les gusta. Y sobrevivirá hasta con un IVA cultural que parece una de las metáforas más aberrantes. Pese a todo, se está haciendo más teatro que nunca con mejores ideas y seguiremos así hasta que llegue gente con más altura política y vea que la cultura no es la enemiga, sino el complemento de la vida.
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