Purito Rodríguez se apodera de la Vuelta al País Vasco

El último pétalo de la margarita se deshojó en la pared final de Aia y quien lo arrancó fue Purito Rodríguez. Nairo Quintana, se había apartado antes porque el colombiano no estaba para estos trotes tan explosivos. El otro colombiano, Sergio Henao venía por detrás con el amarillo luminoso del lider, pero cuando llegó, la margarita ya había volado en manos de Purito Rodríguez, el que mejor combinó, entre los favoritos, una contrarreloj que en poco más de 18km, escondía dos carreras en una. La Vuelta al País Vasco era suya, mientras Henao, sentado en la carretera tras la meta, se refrescaba el gaznate y un miembro del Sky le consolaba el disgusto.

Era una contrarreloj que medía la victoria general entre dos ciclistas que ni son escaladores natos ni son contrarrelojistas puros. Son dos ciclistas explosivos en una contrarreloj que tenía más peligro que una caja de bombas. Cuando Tony Martin, el ilustrísimo, llegó a la meta con un tiempo más que discreto, digamos que impropio de su jerarquía (29m 29s) quedaba claro que había mucha tela que cortar en una etapa que nacía hacia abajo y concluía hacia arriba. Un falso tobogán al que muchos hicieron frente utilizando dos bicicletas: una para bajar, otra para subir. Dos perfiles, dos instrumentos.

Cuando aún los gallos entrenaban en su corral, llegó a la meta Tom Dumoulin, un ciclista holandés que nació en Maastricht dos años antes de que se firmara el tratado que dio fama a su ciudad. Su tiempo se antojaba inalcanzable (28m 46s). El hecho de que en el km. 10, punto intermedio, perdiera 12 segundos respecto a los especialistas indicaba que allí acababa una etapa y comenzaba otra. La etapa estaba resuelta. Comenzaba entonces la lucha por el triunfo final. El primer aviso lo dio Ion Izagirre, que suplía la falta de punch de Nairo Quintana. Simon Yates, el británico del Orica, amenazaba a los clásicos, pero las dos subidas finales se le hicieron muy largas. Todo quedaba en un mano a mano entre Purito Rodríguez y Sergio Henao, dos bailarines sobre la bicicleta, que el catalán remató con autoridad manifiesta. 13 segundos le separaron del colombiano. El tercero en el podio fue el joven Ion Izagirre, por delante de su jefe Quintana y de Simon Yates.