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Caen las notas de ‘mates’, castellano y catalán en la prueba de 4º de ESO

El 41% de los alumnos de cuarto de ESO tiene un nivel bajo en Geometría

Camilo S. Baquero

El análisis de los resultados de las pruebas de cuarto de educación secundaria obligatoria (ESO), a las que se sometieron 66.250 estudiantes catalanes el pasado febrero, fue presentado ayer por la consejera de Enseñanza Irene Rigau. El nivel de las puntuaciones globales cayó en lengua castellana, catalana y matemáticas con respecto a los datos del año pasado. Solo subió en inglés.

Rigau, que compareció rodeada de la plana mayor del departamento que preside, comparó los resultados de este año con los de 2012, a manera de balance de mandato. Los 70 puntos son el mínimo marcado por el departamento de cara al 2018 como baremo de excelencia. En lengua catalana, este año la puntuación media fue de 76,3, es decir, 3,5 puntos por encima a la de hace tres años. Pero si la comparación se hace con 2014, la nota actual cae 0,8 puntos y se rompe la tendencia de dos años de mejora consecutiva.

Lo mismo ocurre con la lengua castellana, donde también se rompe esa tendencia. La nota media de este curso fue de 75,2, una magnitud superior en 1,3 puntos a la de 2012. Sin embargo, ese mismo saldo se da, pero en negativo, entre 2014 y 2015. En matemáticas, el avance es de 4,7 puntos si se compara 2012-2015. Pero la diferencia con el año pasado es de 0,4 inferior (68,7 en 2015).

En el caso del inglés la comparación se hace entre dos cursos y se llegó a 69,3, un aumento de 2,4 puntos con respecto al año pasado. El equipo de Rigau, de acuerdo a su interpretación, evitó referirse a una “mejora significativa”, sino que habló de que se “marca una tendencia de mejora”. Desde la Fundación Jaume Bofill, su director Ismael Palacín coincidió que las diferencias son muy poco significativas para fijar una tendencia e invitó a Rigau a hacer públicos los datos para hacer análisis independientes, como los que hace con PISA.

Rigau argumentó que la disminución en las notas puede tener varias causas. Entre ellas alegó que se han endurecido los criterios de corrección de los exámenes o que este año más jóvenes con necesidades educativas especiales —con algún grado de dislexia o con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, por ejemplo— habían presentado las pruebas. El secretario de Políticas Educativas, Joan Mateo incluso habló de “variación seguramente aleatoria”.

El análisis que realiza el departamento de Enseñanza divide en cuatro niveles el desempeño (bajo, medio bajo, medio alto y alto). También los contrasta de acuerdo al sexo, si el centro es público o privado y su complejidad (el contexto social y económico en el que está inmerso el instituto). En general se han incrementado los alumnos con niveles bajos de catalán y castellano y se han reducido los de nivel alto en las asignaturas evaluadas, menos en lengua inglesa.

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El mayor fallo se dio en Geometría, donde el 41% de los estudiantes se situó en el nivel bajo. El año pasado fueron 29,9%. Dentro de las metas de cara a 2018, la idea es reducir esta cifra al 15%. Al otro lado de la calificación, solo se ubicaron en el cuarto superior el 14,5%, más de 12 puntos por debajo de las notas de 2014. Las notas son tan malas que Rigau aseguró que “si sacáramos la Geometría de la prueba, la puntuación mediana de Matemáticas superaría el 72”. Si se suman el nivel bajo y el nivel medio bajo se estaría hablando casi de siete de cada diez alumnos.

Para poner remedio a esto, el departamento pondrá en marcha un programa de formación en Geometría para los maestros, a través de la Universitat Oberta de Catalunya. Enseñanza pagará los cursos, que serán voluntarios. El problema con la Geometría ya es ampliamente conocido por el departamento. De ahí que el nuevo curriculum de ESO que se está planteando incluye 35 horas más de matemáticas en tercero de ESO.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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