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El jazz suena por Carlos Carli

Los músicos madrileños rinden tributo al veterano batería con un concierto

Carlos Carli posa tras un concierto en la sala San Juan Evangelista en 2009.
Carlos Carli posa tras un concierto en la sala San Juan Evangelista en 2009.samuel sánchez

Su imagen otoñal y afable forma parte ineludible del paisaje jazzístico madrileño. Carlos Carli es historia viva del género en nuestra ciudad, ya sea en su faceta de acompañante o como líder de sus propios conjuntos. Ahora, el veterano batería pasa por momentos difíciles a causa de la dolencia que le mantiene alejado de los escenarios. Va por ti, Carlies el título del concierto-homenaje que va a tener lugar esta noche, a partir de las 21.00, en Clamores Jazz (entrada, 10 euros), con la participación de, entre otros, Pedro Iturralde, Jayme Marques, Pedro-Ruy Blas, Eliseo Parra, Connie Philip, Miguel Ángel Chastang, Joaquín Chacón, Richie Ferrer y los grupos Speak Jazzy y Skytrain. Lo recaudado irá destinado a sufragar los gastos derivados del tratamiento sanitario a que está siendo sometido el homenajeado.

En Carlos Carli no se sabe dónde comienza el músico y dónde termina la persona: “Sólo una vez en mi vida trabajé en otra cosa que no es la música, y fue para huir de Uruguay”. El futuro astro de la batería dejaba tras de sí una infancia solitaria en 25 de Agosto, el pueblo de apenas 3.000 habitantes donde nació, situado “a demasiada distancia de todos los sitios”. La radio era su único contacto con el mundo exterior: “Un día escuché a Louis Armstrong y a Miles Davis, y mi vida cambió”. Decidido a hacer de la música su vida, se empleó como repartidor del diario El Heraldo en la línea de ferrocarril que cubría el trayecto entre las ciudades de Florida y Montevideo: “Mi único empeño era reunir el dinero suficiente para escapar”.

Mi experiencia tocando rock no fue nada del otro mundo Carlos Carli

Con los Betchers viajó a Buenos Aires tocando rock and roll: “Mi experiencia tocando rock no fue nada de otro mundo”, puntualiza, “pero sirvió para afianzarme en mi deseo de convertirme en músico profesional”. De Argentina, a Brasil y España. En 1977 Carli recaló en el que habría de ser su nuevo y hasta ahora definitivo hogar. Pronto sus servicios iban a ser requeridos por lo más granado entre los intérpretes de jazz nacidos o residentes en la Villa y Corte, de Jorge Pardo a Jean-Luc Vallet, Jerry González y Pedro Iturralde: “Tengo mucho que agradecerle a Pedro”, apunta. “Llevo casi tres décadas con él. En este tiempo he visto pasar unos cuantos pianistas y contrabajistas, sin embargo, yo sigo”. Lo que no tiene de locuaz, lo tiene de humilde.

La gente sale de las escuelas de jazz lista para el combate Carlos Carli

El Maestro, como es conocido en el medio, se declara apenas un aprendiz: “Yo he tenido la suerte de tocar con músicos muy buenos, y cuando uno alterna con tanta gente buena la exigencia es constante”. A lo largo de su extensa y fructífera carrera, Carli ha compartido escenario con Woody Shaw, Pat Metheny y Paquito d’Rivera, a quien dio cobijo tras proclamar el saxofonista su voluntad de no regresar a Cuba. “Yo no puedo venir a Madrid sin verme con Carli”, declaraba el cubano en su última visita a nuestra ciudad. “Le debo mucho a este hombre”. Fuera del jazz, Carlos Carli ha hecho sus bolos con Enrique Morente, Pata Negra y el brasileño Ivan Lins.

En el año 2009 editó De dónde vengo, disco en el que saldaba cuentas con su pasado; composiciones originales de Astor Piazzolla, Jaime Roos y Chico Novarro para un cuarteto de ilustres expatriados del que formaban parte, además de Carli, los argentinos Horacio Fumero y Guillermo Calliero, y el uruguayo José Reinoso. Jazz de altas miras con denominación de origen rioplatense. Inexplicablemente, De dónde vengo pasó desapercibido al momento de su edición: “Uno termina por preguntarse para qué sirve editar un disco si va a terminar regalándoselo a los amigos”. Próximo a los 70, Carli “se siente rejuvenecer” al contacto con sus jóvenes alumnos de la Escuela de Música Creativa: “La gente sale de las escuelas de jazz lista para el combate. Hoy en día, el que no sabe es porque no quiere”.

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