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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tic-tac

Todos confían en ganar a Garfio y conquistar pronto el País de Nunca Jamás

El cocodrilo Tic-tac se ha comido la mano de Garfio en aguas de Andalucía y le han gustado tanto sus cartílagos que amenaza con tragárselo entero en los próximos comicios. Wendy ha salido airosa de su primera batalla en las urnas y está gestando estrategias para mantener congelados a los niños perdidos que, comandados por nuevos aspirantes al liderazgo de su insustituible Peter, han conseguido nuevos escaños en la Tierra de María Santísima.

Mientras tanto en la isla de los indios Pica-nini, el capitán Garfio trata de venderles un whisky pésimo, mientras la gran jefa trabalenguas convoca en arapahoe a la fiesta de la gran hoguera, lo que no ha sido bien acogido, ni tan siquiera entendido, por gran parte de la tribu. Garfio les ha asegurado que ya hay más búfalos para cazar esta primavera, aunque los indios Pica-nini no han visto todavía ninguno.

Hasta ahora siempre había podido convencer a esta tribu, que anda despistada y es fácil de contentar. Pero esta vez la cosa no parece tan sencilla. Asumir la vieja deuda, proporcionar más dinero con el que comprar rifles para matar búfalos que no aparecen, o satisfacer viejas aspiraciones como soterrar los raíles de los caballos de fuego a su paso por el poblado, son nuevos conjuros que quizá llegan tarde. Tampoco ayuda que los jefes de las distintas familias de la tribu tengan que presentarse ante el Gran Jurado, que estén bajo la sombra de la duda por apropiarse de rifles sin pagar por ellos, que se distraigan haciendo selfies cuando se convocan los consejos para la caza o que anden jugando al sálvese quien pueda.

Garfio sigue empeñado en que hay más búfalos en la pradera aunque la mayoría de los indios, especialmente la etnia de los ninis, se han quedado sin rifles ni caballos y algunos sin tipi, después de un largo invierno que no parece tener fin.

En vista de la situación, los indios Pica-nini siguen a lo suyo, estimulando al cocodrilo Tic-tac con nueva carnaza impregnada de olor a Garfio sin dejársela probar, para así asegurarle una captura certera de su bocado preferido.

Por otro lado, los nuevos aspirantes a Peter Pan también azuzan al cocodrilo Tic-tac. Uno de ellos incluso imita en público el sonido del despertador que el lagarto lleva en su interior, con la intención de poner de los nervios a Garfio. Su fuerza radica en aprovechar el cabreo de los nini, una etnia muy extendida en el País de Nunca Jamás. Es intrépido, hábil y confía en mantener su polvo de estrella el tiempo suficiente como para conquistarlo. Otro, pirata como Garfio y criado en la laguna de las sirenas, que como se sabe incitan con sus cantos a abandonar el País de Nunca Jamas, amenaza con arrebatar a Garfio la parte más joven y vigorosa de su tripulación. No sabe muy bien como pero, con la única promesa de abandonar el “juego sucio”, se ha visto encaramado al liderazgo de una facción joven y traidora de los piratas. Por último, el preferido de Wendy, contento con el bocado que el cocodrilo Tic-tac ha proporcionado a Garfio, se concentra en soltar todo el lastre posible con la esperanza de seguir navegando. Su lugarteniente en la isla de los indios Pica-nini también hace lo mismo y ha puesto al frente de la bandada a unos cuantos indios criados fuera de la tribu.

Todos confían en ganar a Garfio y conquistar pronto el País de Nunca Jamas. Creen que son inmortales y que nunca van a envejecer, aunque todos ellos lo harán en la medida en que lo vayan consiguiendo, es una ley de hierro del cuento.

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